La pobreza no para de crecer, la inflación tampoco. La informalidad laboral se ahonda y un alto porcentaje de trabajadores/as ocupados/as no llegan con su salario al piso de la canasta básica. Los jubilados/as perciben una jubilación miserable. Crisis y más crisis, en el marco de una brutal inseguridad. ¿Y el gobierno? ¿Qué gobierno?