Por Fernando Castro (*).- Uno de los próximos objetivos de algunas de las grandes compañías tecnológicas es el Metaverso. Un concepto que se desarrolló en la novela Snow Crash, escrita por Neal Stephenson, publicada en 1992. El Metaverso es un espacio virtual donde las personas interactúan social, cultural y económicamente. En este mismo ámbito un ser humano podría correr una carrera, ir al trabajo o realizar un trámite bancario.
El nuevo universo se crea utilizando la tecnología inmersiva (Immersive technology), emulando el mundo físico a través de uno digital, una mixtura. Combinando la realidad virtual con la realidad aumentada, se busca la estimulación de los sentidos, principalmente la vista y el oído a través de dispositivos VR (virtual reality).
Una de las claves de esta tecnología es la interoperabilidad, la capacidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información. El usuario podrá moverse de una plataforma a otra utilizando siempre el mismo aspecto o manteniendo los objetos digitales ya adquiridos.
El CEO y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, desde comienzos de 2021, anunció que su empresa se volverá pionera en este tipo de actividades virtuales. Otros gigantes tecnológicos como Nvidia o Microsoft también están en la carrera.
Para todos aquellos que juegan Fortnite, o vieron la película Ready Player One, del director Steven Spielberg, les será más fácil comprender este nuevo mundo donde próximamente los dueños de la tecnología intentaran sumergirnos.
En el 2019, la empresa Epic Games, desarrolladora del juego Fortnite, realizó el primer recital en vivo con el famoso DJ Marshmello. Los datos oficiales dicen que participaron del evento 10 millones de personas, aunque muchos analistas hablan de un número mucho menor y que nunca lograron estar más de cien mil usuarios conectados a la vez.
Como todo nuevo desarrollo tecnológico, todavía quedan muchas cosas por ajustar utilizando siempre a la sociedad como sujeto de pruebas, y sin reparos de cuáles pueden ser las consecuencias.
Las grandes corporaciones amplían a gran escala sus ámbitos
de recaudación. La unificación entre lo tangible y lo virtual cada vez está más
cerca. Individualizar y deshumanizar a
la sociedad es inherente a estos desarrollos, que dejarán como saldo personas
más virtuales, menos reales, más aisladas y más vigiladas.
(*) Periodista. Pro
Secretario Gremial de la UTPBA.