Un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas alerta que debido a la variabilidad del clima y los eventos climáticos extremos, en América Latina y el Caribe existe un riesgo de “aumento del hambre y la malnutrición”, donde durante 2023, 41 millones de seres humanos fueron afectadas por el hambre.
El trabajo El Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024 advierte que las sequías, las inundaciones y tormentas “reducen la productividad agrícola, alteran las cadenas de suministro de alimentos, aumentan los precios y afectan los entornos alimentarios”.
En la región, donde uno de cada diez niños y niñas menores de cinco años viven con desnutrición crónica, los eventos climáticos mencionados anteriormente “ponen en riesgo los logros alcanzados en la reducción del hambre y la malnutrición en la región”, asegura el escrito, que a su vez señala que América Latina y el Caribe conforman “la segunda región del mundo más expuesta a eventos climáticos extremos después de Asia”.
El informe también da cuenta de que “entre 2019 y 2023, la prevalencia de la subalimentación aumentó 1,5 puntos porcentuales en todos los países afectados por la variabilidad climática y los extremos”.