Gracias a la lucha de todas y todos, 30 trabajadoras/es mantienen sus puestos de trabajo. El cuerpo de lo abstracto es algo muy conocido, en este y otros casos, por ejemplo cuando se pretende que una situación, un conflicto, deja de tener sentido al desaparecer el motivo que lo originó. Deviene abstracto es la forma expresiva que adquiere, sobre todo, en el terreno legal.
Vayamos al punto: El 1 de abril pasado las nuevas autoridades de Radio Continental presentaron ante el ministerio de Trabajo un escrito en el que se anunciaba la suspensión de 30 trabajadoras/es. El texto empresario existía, lo observaron en la cartera laboral –que otorgó la audiencia con una celeridad que no había tenido para darla cuando la solicitaron las organizaciones sindicales- y fue motivo del rechazo de AATRAC, SUTEP, UTPBA, SAL y de todos los delegados de la emisora.
Una vez más, esa era la salida patronal para enfrentar dificultades económicas advertidas al poco tiempo de que esos nuevos propietarios se hicieran cargo de las radios, en una transacción con una dosis de “ingenuidad” absurda por parte de los compradores.
Fueron tres meses de una lucha que pasó por encima de las limitaciones virtuales, sostenida en la convicción y la firmeza de un rotundo, y total, rechazo a las suspensiones y despidos. Apostando siempre por la respuesta colectiva, a pesar de amenazas y apretadas individuales.
El mes de Julio arrancó con el desistimiento por parte de la empresa respecto de esas 30 suspensiones. La situación “devino abstracta,” justificó la empresa. Como si fuera posible colocar en el terreno de lo vago, indefinido, indeterminado e impreciso lo que tiene una definición más concreta: poner el cuerpo contra lo injusto. Pelear para defender derechos. Enfrentar a quien me atropella. Por eso, la situación devino en objetivo alcanzado por las trabajadoras/es y sus organizaciones.