“…Indescifrables son tu nombre y tu rostro;
quizás no has existido,
sin embargo has llegado a la vejez y
haces gestos impuros, también
indescifrables…” Antonio Gamoneda.

En el otoño español los crisantemos se imponen para las ofrendas en el día de los muertos. Ese homenaje que aún busca su origen en referencias celtas o en la institucionalidad católica del año 835 en tiempos del papado de Gregorio V.
Lo cierto es que antes de que algunas voces de la experticia etaria susurren “entre todos los santos y navidad es invierno de verdad”, los deudos suelen corresponderse con la memoria de sus seres queridos ornamentando tumbas.
Pero esa normalidad impuesta por las costumbres ha encontrado, por estos días, insólitos refuerzos en la práctica de algunas florerías que ofrecen delivery que llegan hasta las lápidas.
Vaya el texto de un aviso como muestra: “Interflora propone un servicio de entrega de flores y plantas directamente en los cementerios que puede serte muy útil para este día. Da toda la información posible sobre la identidad y la ubicación del difunto (cementerio, entrada, camino de entrada, bóveda, etc) para que la floristería local que entregará tus flores pueda localizar el punto de entrega que deseas”.
A 14.943,2 kilómetros de Madrid, en Tokio, una inusitada práctica valió el guión de una singular película de Werner Herzog, estrenada en 2019.

“Family Romance, LLC” con la maestría del cineasta alemán , bordea entre la ficción y el documental, donde este último género parece imponerse con la tozudez de lo real.
Es que el nombre de la película remite a la existencia de una compañía que ofrece un vasto catálogo con el servicio de sustitución de personas para roles definidos.
Así, luego de un contrato y una paga, no faltarán padrinos deseables para las bodas, o padres ficticios que reemplazan a los ausentes abandónicos.
La trayectoria de Herzog enseña que la audacia y la osadía marcan el ADN de su estirpe. En esta oportunidad no hay excepciones.
El director corre la frontera una vez más: asigna el papel protagónico del filme a Ishii Yuichi, el verdadero mentor y dueño de la compañía que alquila los parientes a sus clientes, la Family Romance, LCC.
El mismo Ishii, que luego de la popularidad, tras su bautismo cinematográfico, reveló ante el New York Times que también su empresa ofrece al consumidor “la experiencia de estar muerto sin estarlo”.