Entrevistó Daniela Dicipio (*).- En el marco del contexto global que vivimos invitamos a Quique Pagella -actor, escritor, docente, productor y director de teatro- a reflexionar sobre la realidad que atañe a su profesión y al teatro independiente. Hace 10 años que Quique gestiona la sala Galpón DiabloMundo de Temperley, un multiespacio que fue fundado en 1988, y en el que Pagella participa hace más de 20 años.

-¿Cómo estas atravesando esta situación en términos profesionales?

-Esta situación viene a coronar un proceso largo, de 4 o 5 años de  retracción de la actividad teatral independiente. Hicimos una inversión en enero, alquilando el local al lado para agrandar y poner un bar-librería. Invertimos todo lo que teníamos. Íbamos a reinaugurar el espacio el 28 de marzo. Y el 19 se anunció la cuarentena. Veníamos de 4 años donde varias veces nos planteamos cerrar, decidimos meterle y pasa esto.

El planteo no es solamente con respecto a las políticas que deberían implementarse, sino que llegó el momento en que tenés que replantearte la viabilidad de la actividad.

-¿Cómo imaginas el futuro en la profesión?

-El futuro lejano no lo vislumbro. En el inmediato estoy en reunión permanente con grupos de las salas de teatros de Lomas de Zamora y de la provincia de Buenos Aires. Estamos evaluando que hasta que no haya una vacuna, la actividad va a ser imposible o va a ser una actividad que vayamos a pérdida. Estuve viendo modelos de protocolos que están circulando con medidas que las considero lógicas pero serían 15 m2 por persona. En nuestro galpón podríamos meter entre 15 y 20 personas. Y con eso perdemos.

Otro punto es que la gente va a estar destruida económicamente. Ya veníamos con un atraso importante sobre lo que deberíamos cobrar una entraba. Desde el punto de vista de la viabilidad del negocio, no existe. En buenos tiempos no es un gran negocio, imaginate ahora.

-¿Qué opinas de la virtualidad teatral como herramienta?

–Si el teatro hubiese nacido para ser filmado sería cine. El teatro es el aquí y ahora. Se puede explorar, experimentar estos formatos, no es la primera vez que se incluyen videos en obras. En mi última obra, la escenografía era pantalla video. Se incorporaban nuevas tecnologías como recurso, ahora el recurso pasó a ser el medio. La cámara puede filmar la imagen, pero hay algo que no puede captar o puede hacerlo levemente, que es la energía que se produce entre el espectador y el actor, el aquí ahora.

-¿Qué reflexión deberíamos hacer cómo sociedad sobre los teatros independientes?

-Una de las reflexiones que más circula entre nosotros, los teatreros, es que todos los espacios están hasta el cogote económicamente. En la provincia hay alrededor de 150 salas de teatro independiente y todos estamos llegando a la conclusión de que no somos importantes.

Nos juntamos para que el Estado nos salve. Y yo me pongo a reflexionar profundamente y digo: “claro que quiero que me salve. Es la actividad que elegí para hacer”. Pero realmente la pregunta es más cruda ¿para la sociedad somos importantes?

El Galpón DiabloMundo hace 32 años que está en el barrio. Hizo un montón de cosas en la comunidad, talleres gratuitos en las plazas, actividades, y todavía me encuentro a vecinos que viven a 50 metros y me dicen: “¿acá hay un teatro?”.

Así como está planteado es inviable, es una cuestión macro del país que viene de arrastre. Por eso, hoy, más allá que generen una política pública, el problema no es de una sola dimensión es múltiple.

(*) Periodista. Pro-Secretaria de Organización de la UTPBA.