Todo indica que la causa Radio Rivadavia y su quiebra será elevada, en las últimas horas del año, a Cámara, la que deberá expedirse sobre la resolución del juez Robledo de no aceptar el Avenimiento, decisión apelada por la fallida, provocando que se abra esta una nueva instancia judicial. Esto implica que la subasta volvió a postergarse.
Hasta aquí el lenguaje legal. Ese dominado por presentaciones, traslados, apelaciones, todo esto en la formalidad de una quiebra. Pero se trata de Rivadavia, de 14 meses de incertidumbre con expediente propio; de peligrosos olvidos acerca de cómo se llegó hasta aquí (la continuidad en el aire fue decidida, antes que nadie, por los trabajadores, y como parte de un mismo compromiso, la preservación de los puestos de trabajo, objetivo irrenunciable); de circuitos de interés económico, judicial y político que construyen con absoluta comodidad la ciénaga como hábitat natural, fortaleciendo a los propios y confundiendo, y luego quebrando, a los ajenos, tan poco convencidos, estos últimos, del valor de la firmeza colectiva (pretendiendo apropiarse de una dignidad que pisotean miserablemente).
Se trata de Rivadavia y por lo tanto se trata de una lucha, que en este espacio de la UTPBA hemos desarrollado como se merece: privilegiando lo discutido y aprobado en asambleas, explicando las acciones, evitando el chisme y el rumor, volcando lo que previamente ya había pasado por el ámbito colectivo, donde la UTPBA nunca dejó de estar, proponer, debatir, junto al resto de los gremios (AATRAC, SUTEP, SAL). Sin dejar espacio para los “Fake News”, ni para operaciones empresariales, ni tampoco –al menos desde este lugar- para miserables leguleyos, picapleitos, tinterillos, rábulas, que en este conflicto –como en otros, pero sobre eso volveremos un día de estos- juegan con sus saberes matriculados en contra de la mayoría y a favor de un cliente, al que convierte en un inescrupuloso sin culpa.
Se trata de Rivadavia, donde se llega a un segundo fin de año verbalizando esa palabra espantosa, prorrata, para preguntar si está; donde se escuchan todo tipo de penurias personales que no figurarán en ninguna línea de ningún cuerpo del expediente quiebra de Rivadavia, porque la mayoría de los que allí mencionados que deberían hacerse cargo de una solución no lo hacen.
Se trata de Rivadavia. Y se va a seguir tratando.