Por Juan Carlos Camaño (*).- El nazi Donald Trump no es una excepción a la regla. EE.UU significa la expresión más acabada de imperialismo y menosprecio por el resto del mundo. Latinoamérica ha sido y es para el país más guerrerista y genocida de la tierra no solo su “patio trasero”, sino un basural humano.
La historia no miente: cada dictadura que ha llenado de sangre y muerte la vida de nuestros pueblos contó para sus orgías con la “dirección orquestal” -ideológica, política y financiera- de EE.UU.
Trump no es un eslabón suelto de la cadena. En todo caso es una de las expresiones más antiéticas y antiestéticas de la llamada democracia yankee.