Por Ana Villarreal (*).- El martinete es uno de los palos –ritmos- más antiguos de la expresión musical flamenca. Dicen que surgió por imitación del golpeteo de los herreros sobre el yunque.
A ella, cuando nació, una fuerte meningitis le quitó su capacidad auditiva. Recién a los siete años se le escucharon las primeras palabras. Sin embargo, desde sus años iniciales, Antoñita la Singla Contreras, asombraba a familiares y vecinos del barrio del Somorrostro de Barcelona. Bailaba flamenco con un soniquete y una fuerza inusual. Seguía con rigurosa precisión el compás de las palmas y la guitarra. La guiaban las vibraciones de los sonidos.
La Singla brillaba con su nervio flamenco y cautivaba amistades de la talla de Salvador Dalí, su esposa Gala y Joan Miró. Paco de Lucía supo acompañarla con su guitarra y apareció en escenas de “Los Tarantos”, junto a Antonio Gades y la emblemática Carmen Amaya, una de las más grandes bailaoras de la historia. La película, dirigida por Francisco Rovira-Beleta, fue filmada en el barrio del Somorrostro de Barcelona, lugar de nacimiento de Carmen y la Singla. Ese barrio que, literalmente, de un día para el otro, las topadoras del franquismo convirtieron en escombros. En la jornada siguiente a los derrumbes, el dictador Franco visitó la zona por las celebraciones de la semana naval.
Pero la carrera ascendente de la joven Antoñita, se vio truncada muy pronto. Poco se supo de las razones de su desaparición de los escenarios. Una causa, entre otros padecimientos, habría sido la intervención de su padre quien, luego de muchos años de ausencia, se convirtió rápidamente en su representante, al advertir las posibilidades económicas que brindaban los espectáculos.
Lo cierto es que La Singla nunca más bailó. Este enigma convocó la atención de la cineasta española Paloma Zapata. En plena pandemia se propuso entrevistarla para la realización del documental “En busca de la Singla”, que se acaba de estrenar.
El rescate de la documentalista permitirá saber de una Antoñita, hoy de 74 años y con sólo un 15 por ciento de su audición recuperada, que sale públicamente para dar testimonio de su lucha y su dolor.
“En busca de la Singla”, tal vez nos esté
devolviendo un trozo de memoria del Somorrostro,
en un conmovedor viaje al interior del vértigo, con el conjuro generoso de la
Amaya, que prometía a la Singla que sería su digna sucesora, en un acto de
justicia flamenca.
(*)
Periodista y escritora. Miembro de Conducción de la UTPBA y delegada a la
Federación Latinoamericana de Periodistas –FELAP-.