1 agosto, 2019

Mary Shelley, la mente que escribió Frankenstein

Por Analía Daniela López (*).- Mary Wollstonecraft Godwin, más conocida como Mary Shelley, nació en Londres el 30 de agosto de 1797 y murió en la misma ciudad el 1 de febrero de 1851. Fue una narradora, dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica, reconocida sobre todo por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo (1818).

Sus xadres fueron el filósofo político William Godwin y la filósofa feminista Mary Wollstonecraft, autora de Vindicación de los derechos de la mujer, quien falleció días después del nacimiento de su hija por problemas derivados del parto. Mary tenía gran admiración por sus progenitorxs; desde pequeña leyó sus libros y creció con esas convicciones. Godwin alentó a su hija a adherirse a las teorías políticas liberales que él profesaba y la educó bajo esos parámetros, hecho que marcó su vida y su accionar. Mary llevó a la práctica lo que su padre plasmó en el papel.

La vida de Godwin no iba exactamente de la mano de las ideas que profesaba. Para él, el matrimonio era el peor de los monopolios, por cuanto implicaba el sometimiento de la mujer al hombre. Sin embargo, Godwin y Wollstonecraft, contrajeron nupcias para no condenar a su hija a la marginalidad social. Wollstonecraft tenía una hija -Fanny- que no había sido reconocida y para la época era sinónimo de desprecio social. Godwin adoptó a Fanny al casarse con Mary. A los años de la muerte de su primera esposa, Godwin volvió a contraer matrimonio con su vecina, Mary Jane Clairmont. Un matrimonio poco feliz. A la familia compuesta por Godwin, Fanny y Mary se sumó la Sra. Clairmont, su hija Mary Claire y el único hijo que tuvo el matrimonio, William.

En 1814, Mary inició una relación sentimental con Percy Shelley, quien al momento de comenzar su romance se encontraba casado con Harriet Shelley, tenían una hija y se encontraba nuevamente embarazada. Percy era admirador de las ideas de William Godwin, que había alcanzado en el pasado cierta fama por sus libros e ideas. Para el momento que Percy aparece en sus vidas, la prosperidad de Godwin estaba amenazada, se encontraba en un momento de decline en su carrera y por dicha razón acepta la titula económica de Shelley a cambio de que sea su mentor.

Godwin se sintió traicionado cuando la pareja le informó sobre sus deseos de escaparse de Londres y se opuso a dicha decisión. Pese a que obraban según las mismas enseñanzas que Godwin profesaba, el hecho no fue de su agrado y se disgustó. Percy,

Mary y su hermanastra Claire Clairmont, se fugaron de Londres. Mary tenía 16 años y Shelley 21. Sin embargo, Percy había adquirido una deuda con William y la persecución económica a la que sometió a su hija y yerno fue constante a lo largo de su vida.

A su regreso a Inglaterra, Mary estaba embarazada. Durante los años siguientes la pareja -siempre junto a Claire- se enfrenta a la pobreza, a las deudas constantes, persecución de acreedores, exclusión social, sumado al suicidio de Fanny Godwin y el de Harriet, la primera esposa de Percy acosada por la miseria.

En ese contexto y en viaje constante entre un lugar a otro, se encontraban en Suiza reunides en casa del poeta Lord Byron y asqueades del hastío, Percy, el Dr. Polidori, Byron y Mary se proponen escribir historias fantasmales para entretenerse. A Mary se le apareció en un sueño el monstruo romántico más famoso de su tiempo, Frankenstein. En sus memorias recordaría ese año como uno de los más felices.

Las muertes fueron parte de la vida de Mary. Desde pequeña visitaba periódicamente la tumba de su madre y leía el libro de su padre «Ensayo sobre los sepulcros» que trataba sobre ladrones de tumbas; fue, además, testigo de un siglo de avances científicos donde se necesitaban cadáveres para experimentar y estos solo se encontraban en los cementerios. Los cuerpos ‘deformes’ eran una atracción de circo. Frankenstein fue producto de esa época y de una Londres convulsionada. Influenciada por el anarquismo individualista de su padre, la novela “muestra el reverso de la obra de su padre, la crisis de la fe en el progreso y en la racionalidad del ser humano. El protagonista, Víctor Frankenstein, paradigma de la razón, será víctima de su propia obra al haber creado un monstruo cuya promesa de liberación es incapaz de cumplir”.

La pareja conformada entre Percy y Mary era una sociedad literaria y de apoyo mutuo a sus obras, tenían como forma de vida el viaje constante, vivían de mudanza en mudanza, trasladando libros, muebles, anotaciones al margen del diario que llevaban en común. En la vida nómada que llevaban sufrieron la pérdida de 3 hijes, solo sobrevivió su hijo Florence.

Mary también sufrió la muerte de su compañero en un naufragio en Italia. Se había comprado un barco llamado Don Juan, pero no sabía nadar. Como reliquia se quedó con su corazón, del cual no se separaría nunca más hasta su muerte. Su amigo Byron, otro gran compañero de aventuras, falleció en Grecia. Un tiempo antes muere Allegra, la hija que tuvo junto a Claire.

En los años posteriores, Mary se encargó de mantener viva la memoria de su esposo publicando sus obras y su biografía. Minuciosamente se ocupó de la educación de su hijo Florence y continúo escribiendo asiduamente. A pesar de todo, Frankestein siguió siendo su fuente de mayor ingreso. Su vida no estuvo marcada precisamente por la holgadez económica e Inglaterra era un lugar caro para vivir. Solo pudo disfrutar de una mejor situación económica cuando falleció su suegro y su hijo heredó.

Mary descansa junto a sus xadres, su hijo Florence, su nuera, el corazón de Shelley y las reliquias que conservó de cada hije que perdió. A su joven edad, solo quedaban del viejo grupo romántico ella y Cleire: «A los veintiséis años, me encuentro en una situación de una anciana. Todos mis amigos se han ido(…) Qué pobladas están las tumbas«.

La sociedad no le perdonó estar viva y haber vivido lo que vivió. La acusaron de la muerte de Harriet y de Percy. Fue una marginada, una paria y parte de sus últimos años la pasó en soledad. Murió de un cáncer cerebral que le tomó todo el cuerpo. Su influencia hasta el día de hoy es inmensa.

(*) Periodista.
Fuente: Revistafurias.com

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