P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- En el plano personal, desde el inicio de la pandemia las dificultades son por pérdidas muy cercanas, enfermedades, tristezas, y esa gran extrañeza de no poder movernos en comunidad sin temor al contagio del Covid 19.
El covid le es funcional al neoliberalismo, donde prima el individualismo por sobre la singularidad y lo colectivo. En el plano profesional/laboral, ya sea en mi cargo público o en mi actividad privada, no he tenido dificultades. Me siento lamentablemente privilegiada, sólo he tenido que aggiornarme un poco más con la tecnología, pero considero que el empleo bimodal (presencial y remoto) colabora con el comportamiento medioambiental, evitar el hacinamiento en edificios, en la circulación, transporte público, horarios picos, excesos de combustión de gases tóxicos, etc.
En este sentido, hacer algo frente a la amenaza del cambio climático es ahora y la pandemia es sólo una de las consecuencias, que las políticas de mercado generan al no cuidar el planeta y la naturaleza, tanto en bienes como en servicios.
P-¿Qué te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- Creo que la falta de respuesta a los reclamos, y al pedido reiterado de dialogo con las autoridades competentes, frente a la usurpación de tierras y predios sólo potencian las formas violentas de apropiación de propiedades ajenas y con títulos presentes y vigentes.
La cultura del diálogo llamando a las cosas por su nombre es no ocultar conflicto ni sepultarlos. Quisiera conocer los motivos por los cuales no se ha podido dialogar con un gobierno que escucha y que prioriza la libertad de expresión.