El periodista y escritor Alejandro Jacobsen presentó su libro Tormenta, un trabajo que como el autor explica está dividido en dos partes, texto en prosa por un lado y un trabajo poético de 45 textos por otro. En la charla relató el largo camino que recorrió para editar su obra, las expectativas sobre el recibimiento de los lectores y sobre algunas crónicas urbanas, parte reales, parte ficción que está escribiendo.
-¿Desde cuándo estabas con la idea del libro?
Creo que los que escribimos siempre tenemos escondido el deseo de publicar. Si bien no había trabajado firmemente sobre la idea, fui armando los textos de modo que, alguna vez, fueran un libro.
Y, a comienzos del año pasado, trabajé más enfocado en corregir y retocar partes del texto en prosa que tenía, mientras trabajaba un poemario que terminé también en 2017. Con ambos laburos terminados, se los pasé a la gente de la editorial y a partir de ahí nos concentramos en terminar el libro para sacarlo.
-¿De qué trata la obra, cómo podrías describirla?
El libro tiene dos partes: la primera parte la componen cuatro textos en prosa, independientes cada uno, pero que tienen la particularidad de suceder la misma noche, en el mismo lugar. Los protagonistas de cada relato, se cruzan con los otros, aunque no se conocen pero se miran y hasta dejan algún comentario muy breve de los otros. Si uno lee los textos por separado se lleva una historia, un relato que comienza y termina. Pero si los lee en orden y completo, puede que logre unirlos y entender algunas cosas adicionales que trae la obra.
La segunda parte del libro es un trabajo poético de 45 textos, algunos en verso, otros en prosa; pero bajo un sentir poético. De mucha catarsis, y de mucha menos corrección que la parte en prosa; queríamos que fuera como una foto del momento en que fueron paridos esos textos, sin mucho retoque, más bien cuidar lo espontáneo de su nacimiento.
-¿Sos metódico para escribir? ¿Cuánto tiempo te llevó escribir este libro?
No soy metódico, y sí bastante desordenado. No tengo rutinas para escribir y me cuesta hacerme el tiempo. Los primeros cuatro textos que abren el libro son del año 2010, los empecé a trabajar sobre la idea de componer una obra más grande, quizás una novela breve; pero fue algo que quedó trunco. Casi los había perdido de vista, cambié de máquina y no sabía muy bien dónde habían quedado, aunque sabía que me gustaba lo que había escrito. A comienzas del año pasado los empecé a buscar y los encontré en la nube, mi vieja cuenta de Gmail había custodiado muy bien aquellos textos y empecé a corregir, a moldearlos otra vez. Así fue que los recuperé y se editaron este año, es decir, 8 años después de haber nacido. Los textos poéticos que forman la segunda parte del libro, son del año pasado, con mucho de inmediatez y crudeza.
-¿Resultó más complejo escribir el libro o lograr editarlo?
Trabajé muchísimo en la escritura y tardamos en llegar a la versión que nos hiciera decir: “ya está”. Digo tardamos porque luego de escribirlo nos juntamos con los responsables de la publicación del libro para corregir y ajustar todo para terminar la obra. Editarlo en sí no fue complejo, ya que tuve todo el apoyo y la generosidad de Jorge Rivelli y Alejandra Mendé, quienes desde la editorial La Porteña me brindaron todo para que el libro salga. Con ellos trabajé el título, las correcciones y todos los detalles generales; y ellos se hicieron cargo de los trámites de ISBN, diseño y contacto con la imprenta. Con todo listo, pagué el costo de la publicación de los primeros 100 ejemplares y el libro ya estuvo en la calle. Con algunas ventas que fui haciendo, ya confirmé y en estos días está entrando a imprenta una segunda edición de otros 100 libros más.
-¿Cuáles son las expectativas que tenés con el libro, hacia los demás y con vos mismo?
En lo personal estoy muy contento con el trabajo publicado, se acerca mucho a la idea que tenía de libro a publicar, en función de los textos que había escrito y sobre los que estaba trabajando. El estilo y la estética representa lo que quería construir y eso me llena de alegría. Luego surgieron un montón de repercusiones que no tenía idea, colegas de medios periodísticos, gente de la cultura, amigos, ex compañeros de estudio y vecinos de la zona; todos saludando, felicitando y orgullosos de mi libro. Eso superó todo lo que yo podía pensar en función de la edición del libro. Fue un regalo hermoso que no me olvidaré jamás.
-¿Ya tenés alguna idea disparadora para un nuevo trabajo?
Escribo mucho y leo bastante; eso hace que siempre aparezcan ideas y que luego algunas se desarrollen un poco más que otras. Por el momento no estoy trabajando puntualmente sobre un libro; pero estoy escribiendo varias crónicas urbanas, hechos reales y los matizo con ficción, con algo de poética y me gusta como están quedando algunos relatos. Esto está lejos de ser un futuro libro, pero a medida que esas crónicas crezcan, aquel deseo escondido del que hablábamos al principio hará su jugada y tal vez empecemos a trabajar para publicarlo.