Por José Dos Santos (*), desde La Habana.- Fundado por el líder cubano, Fidel Castro, un grupo de brigadas médicas se ha especializado en situaciones de desastres y graves epidemias, como expresión de la vocación solidaria de la Revolución Cubana.
En este momento, más de 2300 colaboradores, organizados en 26 brigadas de ese Contingente, contribuyen a la lucha contra la covid-19 en 24 países. A ellos se suman los más de 28 mil profesionales de la salud que ya se encontraban en 59 naciones, indicó en un reciente reporte el ministro de salud pública cubano, José Angel Portal.
Ese gesto solidario ha sido la respuesta de Cuba al reclamo de ayuda ante la pandemia, sin descuidar la atención a sus conciudadanos, no obstante el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos a la Isla, que incluye ahora su intento por desacreditar y obstaculizar la cooperación médica internacional cubana.
Las autoridades de la isla consideran que ningún país por sí solo puede enfrentar esa enfermedad, por lo que se requiere de una respuesta mundial, sobre la base de la unidad, la solidaridad y la cooperación multilateral renovada.
Esta visión no es coyuntural; nace desde el mismo triunfo revolucionario en Cuba, en la cual, entre sus principios básicos se encuentran la solidaridad y el internacionalismo, lo que se puso de manifiesto tan temprano como en 1960, cuando ante un devastador terremoto en Chile, al país andino llegaron una brigada médica y 8 toneladas de materiales, insumos, alimentos y ropas enviados desde Cuba.
Desde esa primera misión solidaria, la Mayor de Las Antillas ha estado presente, con 36 Brigadas Médicas Emergentes en más de 20 países que han sido afectados por diferentes catástrofes, como terremotos, huracanes, inundaciones, epidemias y erupciones volcánicas.
Entre las primeras estuvieron Perú (1970), Nicaragua (1972) y Honduras (1974), seguido por México. Nuevamente Nicaragua y Armenia, en la década de los 80, e Irán, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Venezuela en los 90. Sin embargo, la ayuda cubana adquiere nueva dimensión en este siglo.
Del 2000 al 2003 brigadas médicas cubanas ayudaron en El Salvador, Ecuador, Nicaragua y Honduras a enfrentar una epidemia de dengue. En 2003 estuvieron presentes en Argelia, afectada por un terremoto, y en 2005, en Sri Lanka e Indonesia, asolados por un tsunami y en Guyana afectada por inundaciones.
Ese año, el huracán Katrina azotó los estados de Luisiana, Mississippi y Alabama, y el gobierno estadounidense de turno rechazó la oferta de ayuda cubana, lo que no impidió que naciera entonces el Contingente Henry Reeve.
Fue en agosto de 2005 cuando se conformó una brigada médica para brindar ayuda a la población afectada por Katrina en Nueva Orleans. Se denominó Fuerza Médica “Henry Reeve”, en memoria del excepcional joven combatiente norteamericano que murió luchando por la independencia de Cuba, en el siglo XIX.
El 19 de septiembre de aquel año, quedó constituida por Fidel Castro una organización que hasta hoy no tiene precedentes en el mundo, y que tendría como objetivo cooperar de inmediato, con su personal especialmente entrenado, con cualquier país que sufriera una catástrofe, entre ellas epidemias, y que incluye el territorio nacional.
Sus objetivos fundamentales de trabajo apuntan a lograr un despliegue territorial extenso en las zonas de desastre, con el establecimiento de hospitales Integrales de Campaña, capaces de dar amplia respuesta a las exigencias asistenciales de la población damnificada.
La inmediata cobertura epidemiológica por los Médicos Generales Integrales de la brigada, es otro de los principios de trabajo del contingente.
Los Hospitales Integrales de Campaña, disponen de todo el equipamiento y el personal calificado necesario para contar con una unidad quirúrgica, una de cuidados intensivos y servicios de diagnósticos avanzados.
Asimismo, cada hospital es el centro de la promoción, educación, prevención, curación y rehabilitación de la población de la zona de desastre.
Según recientes estadísticas, personal de ese Contingente ha brindado asistencia médica a más de 3,5 millones de personas y salvado más de 80 mil vidas.
Desde su constitución ha cumplido misiones en 9 países, con la presencia de 4 156 colaboradores, de los cuales, 2 840 han sido médicos.
Del 2005 al 2009 estuvieron en Guatemala (Huracán Stan), Pakistán (terremoto), Bolivia (inundaciones), Indonesia (terremoto), México y Perú (terremoto) México (inundaciones) y China (terremoto).
Entre los datos disponibles destaca que fueron instalados 36 hospitales de campaña completamente equipados, los cuales fueron donados por Cuba (32 a Pakistán, 2 a Indonesia y 2 a Perú). Además fueron beneficiados en Cuba, con prótesis de miembros, 30 pacientes afectados por el terremoto de Pakistán.
En la pasada década hay ejemplos notables como la ayuda brindada a Chile (terremoto) y Haití (terremoto y epidemia de cólera), que contó, adicionalmente, con 90 graduados de la Escuela Latinoamerica de Medicina de La Habana, de 18 países, incluido el propio Haití.
También descolló el personal médico y de enfermería que combatió el
ébola, en 2014, en países del África Occidental (Liberia, Sierra Leona y Guinea
Conakry), en respuesta a la solicitud de ayuda realizada por la doctora
Margaret Chan, entonces directora general de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y por el secretario general de la Organización de Naciones Unidas,
señor Ban Ki Moon.
El brote de ébola de 2014-2016 en África Occidental fue el más extenso y
complejo desde que se descubrió el virus en 1976, pues en esos dos años se
registró la mayor cantidad de casos y muertes.
Esta rica historia de altruismo e interés en ayudar al prójimo, más allá de su tierra, está ahora potenciada ante la expansión global del SARS–Cov 2, como es conocido, lo que hace que movimientos, instituciones y personalidades de muchos puntos del planeta propongan y respalden la iniciativa que este inédito Contingente Médico, no igualado por iniciativas similares, reciba el Premio Nobel de la Paz.
Teniendo presente que, en el Artículo 3, nuestros estatutos establecen que para la plena realización de sus objetivos la FELAP respalda “la solidaridad y cooperación internacional y la defensa de la paz mundial en atención a los anhelos de los pueblos y los hombres…” y atendiendo a los méritos históricos y actuales que tiene ese conglomerado de especialistas de la salud de Cuba, desea adherirse a esa propuesta, convencidos todos nuestros miembros que, con ejemplos como el suyo, un mundo mejor es posible.
(*) Periodista. Fue vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba -UPEC- y miembro de la conducción de la Federación Latinoamericana de Periodistas -FELAP- y de la Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas CIAP-FELAP.