Por Iván Canelas Alurralde (*).- La impunidad es uno de los males más detestables que carcome a la sociedad, porque protege, apaña y beneficia a delincuentes y dictadores que, pese a haber cometido graves delitos, están libres, en muchos casos incluso protegidos por los gobiernos.
Ese fue el caso de muchos militares y civiles comprometidos con cruentos golpes de estado, sobre todo en América Latina, que nunca fueron sometidos a juicios, gozando de libertades como si no hubieran cometido delitos.
Sin embargo, indigna que en casos de delitos comunes tampoco se haga nada por sancionar o castigar a los autores intelectuales y materiales de actos contrarios y reñidos con las leyes vigentes.
Un claro ejemplo de aquello, es el caso del ataque a la sede de la Obra Social de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, UTPBA, en diciembre pasado, y de la usurpación y robo, de hace dos años, del Complejo Cultural Deportivo y Educacional que la UTPBA posee en el partido de Moreno, provincia de Buenos Aires.
A pesar de las reiteradas denuncias, las autoridades del Ministerio Público y justicia, no hicieron nada, es más, ignoraron un hecho delictivo que no sólo afecta a los compañeros periodistas argentinos, sino a todos los comunicadores latinoamericanos.
El Complejo Cultural ha sido siempre un espacio de acogida a todos los periodistas de América Latina. Se ha convertido en una sede de todos los comunicadores latinoamericanos, en un escenario de libertades, democracia y dignidad.
Por eso es importante que el Gobierno del presidente Alberto Fernández reciba en audiencia a los dirigentes de la UTPBA, para conocer la verdad y evitar que la impunidad, también en este caso, se campee impávida y libre de responsabilidades.
(*) Ex gobernador de Cochabamba, Bolivia. Vocero del ex presidente Evo Morales; ministro de Comunicación del gobierno de Evo y Diputado Nacional por el Movimiento al Socialismo, MAS. Presidente de Honor de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.