18 agosto, 2021

¿Ayuda humanitaria?


Por Leticia Amato (*).- ¡Ayuda humanitaria!, claman en raps y reggaetones algunos desavisados, y otros, obscenos mercenarixs de la industria del entretenimiento que se venden raudamente al mejor postor. Quién ayuda, a qué humanidad, en qué términos y bajo qué condiciones sería conveniente preguntarse antes de corear los estribillos de las “Gloria Stefan” reversionadas.

Por Leticia Amato (*).- ¡Ayuda humanitaria!, claman en raps y reggaetones algunos desavisados, y otros, obscenos mercenarixs de la industria del entretenimiento que se venden raudamente al mejor postor. Quién ayuda, a qué humanidad, en qué términos y bajo qué condiciones sería conveniente preguntarse antes de corear los estribillos de las “Gloria Stefan” reversionadas.

Ayuda humanitaria, ¿cuál es la intención que opaca tan benévola expresión, en apariencia inofensiva, espetada a diestra y siniestra por la Unión de países de cuño colonialista situados en el continente europeo junto a su socio estratégico y amigo político, EE.UU.?

EE.UU y la UE “ofrecen” alimentos y medicamentos mientras agitan la bandera“ayuda humanitaria” de inverosímil pretensión filántropa, aunque la pregunta del millón es, si de sentido de la humanidad desbordante se trata, ¿por qué el país más poderoso del mundo no levanta los bloqueos económicos que impone a fuerza de artimañas legales y manipulaciones mediáticas, cuando no balas, a los estados-naciones que no se alinean a sus intereses, en vez de brindar con una mano lo que quitan con la otra?

Gracias a la actuación del Consejo de Seguridad de la ONU como mascarón de proa, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro de EE.UU., ha aplicado -desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy- sanciones comerciales de diversa índole e intensidad -aunque con un mismo propósito- a más de 20 países en el mundo, entre los que se encuentran: Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Rusia, Irán, Ucrania, Libia, Siria, Birmania, República Democrática del Congo, Sudán, Costa de Marfil, Yemen, etc…

Así, no ha habido gobierno norteamericano, demócrata o republicano, que haya modificado un ápice este harto conocido modus operandi que permitió a EE.UU. expandir y fortalecer un sistema de asfixia comercial a lo largo y ancho del globo terráqueo, que apunta a doblegar la soberanía y autodeterminación política e ideológica de los pueblos.

Sin embargo, no hay máscara de “ayuda humanitaria” que alcance para ocultar las siempre renovadas intenciones intervencionistas de la potencia imperialista. ¿Existe un lugar en el mundo que EE.UU haya manifestado querer “ayudar” que no haya, finalmente, intervenido y destruido, previa espoliación de riquezas y recursos?

Otra vez el disfraz de ayuda humanitaria para ocultar una intervención. La “ayuda humanitaria” por parte de #EEUU valorada en 20 millones de dólares es irrisoria ante  los daños que produce el cerco financiero, cuantificados en 30 mil millones de dólares, expresó en Twitter el presidente de Cuba, Díaz Canel.

Raya lo absurdo y ofende la inteligencia humana escuchar la cantaleta de la “ayuda humanitaria” de boca de quienes forjaron, alimentan y sostienen las más virulentas y prolongadas políticas punitivas de bloqueo económico y, por ende humanitario, de la historia.

(*) Periodista. Secretaria de Asuntos Profesionales de la UTPBA. Miembro de la Secretaría de Juventud y Nuevas Tecnologías de la FELAP.

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Integrante de la radio. Presidenta de la Cooperativa Nueva Generación.
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Docente. Escritora. Comunicadora.
Seguimos desarrollando nuestro glosario de términos anglosajones, mayormente neologismos norteamericanos e ingleses, que se han incorporado recientemente al habla hispana.