11 septiembre, 2019

Beckett se pasea por Dakar y Moreno

Por Guido Fernández Parmo (*).- Hay algo curioso en algunas vidas que se niegan a claudicar en los peores momentos y en las condiciones más desfavorables. Vidas definidas por la tenacidad, atravesadas por una fuerza insistente que impide que algunas luchas se abandonen: sea en la política, con países que prácticamente han atravesado el siglo XX acosados por potencias militares; sea en lo personal, con vidas cercadas por dificultades físicas o por la pobreza.  En todos estos casos, nos encontramos con una fuerza anónima, involuntaria, impersonal, que pese a todo insiste en seguir.

Hace poco, en un Instituto de Formación Docente del partido de Moreno, cuyo edificio central está clausurado por el abandono estatal hace ya un año, y sus estudiantes, provenientes en su mayoría de la clase trabajadora, hacen malabares para siquiera tener cargada la SUBE, se proyectó la película del director senegalés Dijibril Diop Mambéty, La pequeña vendedora del Soleil, estrenada en 1999.

Unas sesenta mujeres, jóvenes, casadas, amas de casa, trabajadoras, madres, estudiantes de la carrera de Educación Especial, con las limitaciones que nuestro mundo nos impone, económicas, simbólicas, afectivas o físicas, vieron la historia de esa pequeña vendedora de periódicos que, pese a su discapacidad física, se abre camino entre las sucias calles de Dakar, disputando cada venta con sus duros competidores, unos pequeños salvajes que pasan como una tormenta por cada punto de venta.

La película comienza cuando la niña se sube a un carro tirado por un animal, buscando entrar a la ciudad. Ante la advertencia del chico que lo conduce acerca de que no podrán hacerlo en ese medio de transporte, ella levanta su bastón canadiense y dice “¡Adelante!”. Hacia el final de la película, luego de que sus competidores le robaran uno de los bastones, subida a las espaldas de su único amigo que le pregunta “¿Y ahora qué hacemos?”, responde: “¡Seguir!”.

Unánimemente, el público del Instituto coincidió en que el problema que la niña tenía era su pobreza y su condición de género. Sobre su discapacidad física, nadie dijo nada. Dieron una clase de percepción política. Del mismo modo en que Mahamat-Saleh Haroun hará con su película Grigris de 2013, Diop Mambéty deja la discapacidad a un lado, la saca de foco, y define a su protagonista por la lucha. En ninguno de estos personajes vemos discapacidad, en ninguno ella está representada propiamente, por el contrario, vemos fuerza.

La vendedora del Soleil se abre camino a fuerza de tenacidad, de insistencia, como poseída por una fuerza impersonal que bajo ningún concepto admite la derrota, el abandono, o bajar los brazos.

En esas dos expresiones, “¡Adelante!” y “¡Seguir!”, parece hablar Samuel Beckett, el escritor irlandés, autor de obras como El Innombrable, Molloy, Esperando a Godot, Final de partida o Compañía. En la última línea de su novela El Innombrable, publicada en 1953, leemos: “debes seguir, no puedo seguir, voy a seguir” (“you must go on, I can’t go on, I’ll go on”), y en Rumbo a peor, uno de sus últimos relatos, escrito en 1981, leemos: “Nada más jamás. Jamás intentado. Jamás fracasado. No importa. Intenta otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor” (“Nothing else ever.  Ever tried.  Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better”). No importa cómo, el mandato es seguir, no es ni el éxito, ni el progreso, ni el bienestar, ni siquiera la justicia, sino seguir. Sólo así se sale de las selvas, se atraviesan las tormentas o se vence al derrotismo. Para estos luchadores ontológicos, tenaces de espíritu, la opción del “menos malo” ante el enorme peso de los adversarios, nunca es una opción. Y allí va la pequeña vendedora del Soleil, leyendo un libro “a caballito” de su amigo por las calles de Dakar, entre mendigos, locos, discapacitados, trabajadores y policías, como si leyera a Beckett. No hay otra explicación, hay gente que está poseída por una fuerza anónima que es la virtud de todos los que luchan. Al igual que las estudiantes de Educación Especial del conurbano bonaerense.

(*) Profesor de Filosofía. Secretario de Cultura de la UTPBA.

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