Por Lidia Fagale (*).- Podemos regresar físicamente de un punto del planeta a otro y no retroceder al origen del recorrido, no volver sobre nuestros pasos y quedarnos subjetivamente en el regazo de esa ruta.
De ese camino que hoy se vuelve a trazar bajo la égida del presente siglo.
China, una pieza clave en la dinámica de la nueva geopolítica mundial: Una invitación persistente en todos los órdenes de la vida, para “clavar el clavo y una vez agotados los martillazos pasar a una segunda etapa”.
Sí, la ruta de la seda tiene nuevas propuestas, una iniciativa que impulsa China para unir Europa, Asia y África, pero que también incluye a todas las naciones interesadas en los procesos de integración, como Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe.
La osada iniciativa convoca a millones de ciudadanos del mundo y a gobiernos de distintos continentes, así como a las organizaciones de periodistas, a nuevos desafíos en un escenario donde la supremacía del mundo occidental y la persistente propuesta de militarización y la guerra por parte de los Estados Unidos estaría dejando de ser el eje de desarrollo para redefinirse en nuevos equilibrios con países y culturas muy diferentes.
Como en la ruta de antaño convergen hoy la filosofía, el comercio y la posibilidad de la guerra. Y en su versión digital, la ruta no escapa a las actuales tensiones territoriales geopolíticas, en momentos donde la identidad y la soberanía digital están en disputa, espejo de las contradicciones entre el poder del dinero y la producción de subjetividades a escala planetaria que va conformando nuevos seres humanos, rol en el que occidente pretende imponer una superioridad absoluta.
Periodistas de distintas organizaciones del mundo: de Asía, África, Europa y Latinoamérica tuvieron recientemente un punto de encuentro en Pekín.
La ruta del periodismo propuesta reconfigura los lazos estratégicos entre quienes deberán transmitir y a la vez participar de un nuevo modelo de comunicación multilingüístico, coordinado, complementario y de cooperación.
El foro convocado por la Asociación Nacional de Periodistas de toda China, contó con la participación de 150 delegados de más de 100 organizaciones de periodistas del mundo.
“Uno más uno es mucho más que dos”, sostiene Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, a la hora de definir el desafío que se han propuesto para actuar y vincularse en un mundo donde el principal déficit es la paz, el desarrollo y la gobernanza global.
Se trata de un planteo profundo que intenta modificar la forma en que se adoptan decisiones económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales, lo que implica un diseño de nuevos mecanismos de cooperación de China con los países del mundo. Mientras para solventar los problemas de la China actual, se propone desarrollar un modelo de socialismo con peculiaridades propias, intensificar la fuerza del Estado en lo económico y lo ideológico y mejorar la vida del pueblo en las diversas etnias. Así lo explica en profundidad en 561 páginas Xi Jinping – presidente de la República Popular China-, en “La Gobernación y la Administración China, en su edición en Español, 2014.”
La paz, la cooperación, la apertura, la inclusión, el aprendizaje y el beneficio mutuo son los principios de la Franja y la Ruta (OBOR, por sus siglas en Inglés), una de las acciones más trascendentes que se hayan llevado a cabo a lo largo de la historia de la humanidad en momentos donde el mundo está amenazado por los trazos egoístas y guerreros con que pretende escribir la historia de sus ambiciones los EE.UU.
Bajo la iniciativa del Foro, el periodismo mundial fue convocado a elevar conocimientos mutuos, a debatir, y concretar acuerdos de cooperación e intercambios.
El Foro constituido en una verdadera torre de babel, con la participación de periodistas de distintas nacionalidades hizo imposible para algunos – en distintas conversaciones- obviar historias de lucha del periodismo internacional al repasar, aunque tangencialmente, el nacimiento y el desarrollo de organizaciones de prensa, desde los tiempos de la I Guerra Mundial hasta nuestros días: Por caso, la Organización Internacional de Periodistas, OIP, vinculada al campo socialista y otras como la Federación Internacional de Periodistas, FIP, de orientación socialdemócrata con incidencia fundamentalmente económica de los Estados Unidos.
A mediados de la década del 70, nacía en América Latina y el Caribe la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP, con lazos de amistad y cooperación con la OIP.
La historia hoy nos muestra una nueva convocatoria y, también una invitación, en la que China conjuga valores milenarios con el presente siglo recreando puentes sobre el mar, ríos y plataformas tecnológicas.
Resuena así una nueva esperanza donde la paz deberá encumbrarse como uno de los valores más altos que nos proponemos para el futuro también desde los distintos contextos que nos ofrece la comunicación.
Los periodistas tenemos y debemos aportar a la construcción de puentes que rompan el egoísmo y la ambición desmedida de quienes se consideran dueños del mundo, de nuestros recursos, de nuestras culturas, de nuestras vidas.
Hoy aportar a la paz por sobre la cultura guerrerista también desde el campo de la comunicación es estratégico y necesario. Sencillamente porque la vida de millones de seres humanos está en juego.
(*) Secretaria General de la UTPBA