Cuando alguien en Argentina escribe ciberacoso en el buscador de internet usualmente más utilizado, el primer anuncio que encuentra es el de la Línea 144 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde se atienden denuncias realizadas por mujeres que padecen violencia de género.
La Línea 144 ofrece “información, contención y asesoramiento en aquellas temáticas relacionadas con la violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, y simbólica”, y no es casualidad que si se quiere hallar información acerca del ciberacoso, su búsqueda se relacione con el sitio web del gobierno porteño.
Una situación de acoso virtual se produce cuando, con el uso de medios de comunicación digitales, alguien recibe ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa, entre otras acciones.
En el 2017, Amnistía Internacional advirtió por el “alarmante impacto de los abusos contra las mujeres en Internet”, principalmente vía redes sociales, y aseguró que mujeres de todo el mundo sufren trastornos de distintos tipos por el maltrato que padecen en el mundo virtual.
Estados de estrés, ansiedad y hasta ataques de pánico son algunas de las dificultades que se generan en víctimas de acosadores que utilizan las nuevas tecnologías para agredirlas.
Los datos publicados por Amnistía surgieron de un estudio realizado con mujeres de entre 18 y 55 años de edad, que vivían en Dinamarca, España, Estados Unidos, Italia, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido y Suecia.
De ellas, el 61 por ciento que había sufrido acosos por internet aseguró que como consecuencia habían desarrollado baja autoestima y habían perdido la confianza en sí mismas.