Por Giuseppe Spatola (*), desde Bérgmo.- Véneto, Lombardía y Emilia-Romaña se encuentran entre los diez primeros (en cuarto, quinto y octavo lugar respectivamente) de las regiones europeas más expuestas a fenómenos meteorológicos extremos y al cambio climático en 2050.
Así lo afirma el primer análisis global de activos inmobiliarios y del territorio realizado para inversores por Xdi (The Cross Dependency Initiative), uno de los líderes mundiales en análisis de riesgo climático físico, precisando que Italia, Alemania y Rusia tienen más regiones en el top 10 de mayor riesgo en Europa.
Lombardía, en el puesto 5, tiene la segunda economía regional más grande de la UE (366 000 millones) en 2020. Los principales riesgos que causan daños en Europa son las inundaciones fluviales y superficiales o las inundaciones combinadas con inundaciones costeras, entre ocho peligros climáticos extremos junto con el calor extremo, incendios forestales, movimiento del suelo (relacionado con la sequía), vientos extremos y heladas, explica Xdi.
El riesgo climático interno bruto se calcula sobre la base de estos ocho factores. El conjunto de datos de “Riesgo climático interno bruto” de Xdi compara más de 2600 regiones (u otras entidades subestatales) de todo el mundo en función de las proyecciones de daños a edificios y propiedades causados por eventos extremos y destaca la vulnerabilidad de los centros económicos. La comparación del riesgo físico relacionado con el clima para 2050 en Europa encontró que Baja Sajonia en Alemania, Flandes en Bélgica, Krasnodar en Rusia y Véneto y Lombardía en Italia son las regiones europeas mejor clasificadas y se encuentran entre las 100 regiones con mayor riesgo en el mundo.
Pero, ¿cómo es posible reconstruir la biodiversidad?
Para contarlo es Piero Manzoni, fundador y CEO de Simbiosi: “Estudiando y comprendiendo, recopilando miles de millones de datos a lo largo del tiempo y con la incorporación de sistemas de sensores en períodos recientes. Así hemos entendido cómo la naturaleza utiliza sus recursos, los transforma, los distribuye, los salvaguarda, los optimiza y cómo se desarrolla. De ahí hemos extraído competencias y habilidades para desarrollar tecnologías que vamos a implementar a lo largo de todo el ciclo alimentario”.
La palabra clave es circularidad. Pero si por lo general cada empresa representa una pequeña rueda dentada que mueve el círculo virtuoso de la recuperación y la lucha contra los residuos, la singularidad de Simbiosi radica en la visión global, o “ecosistema – explica Manzoni – y nuestro ecosistema es el ciclo de ‘diet. Es un enfoque muy específico pero es transversal, porque crea muchas conexiones circulares”.
La ambición de Simbiosi es desarrollar los llamados Smart Lands y Smart Districts, zonas agrícolas innovadoras de última generación en torno a centros industriales y zonas residenciales, a través de una serie de soluciones como la optimización del consumo de recursos naturales, la eficiencia energética, los principios de economía circular para recuperar agua y materiales (además de calor), valorización de residuos, blockchain ambiental, agricultura vertical, depuración natural de aguas, creación de barreras ecosistémicas para proteger los campos de cultivo y reducir o resetear insecticidas y fertilizantes. Una forma de luchar contra el cambio climático mirando solo a la naturaleza y su ciclo.
(*) Periodista. Vice presidente del Grupo Cronistas de Lombardía. Trabaja en Brescia Oggi.
