Santiago Pinetta fue un periodista que, por sobre todo, se consideró un trabajador. Y durante muchos años vivió como un mendigo cuya única vivienda tuvo como domicilio la estación de subtes Carlos Gardel, donde lo “arrojó” el poder -durante los años del gobierno de Carlos Menen- como castigo por haber dejado al desnudo, a través de su denuncia, uno de los mayores hechos de corrupción en nuestro país.
Pinetta fue perseguido y sufrió cuatro atentados, siendo salvajemente torturado. En uno de esos actos contra su vida se le hizo una inscripción en el pecho, con un objeto punzante, la cual decía IBM.
El resonante caso IBM-Banco Nación, sobre el que Santiago Pinetta puso luz, consistió en una licitación amañada entre la entidad financiera y la multinacional citada, cuando el Banco decidió informatizar a sus más de quinientas sucursales. En aquel entonces, años noventa, IBM, “coimeó” a altos directivos del Banco y a funcionarios del gobierno de Menem, para “ganar” el derecho a un negocio de más de doscientos cincuenta millones de dólares.
La denuncia de Pinetta llegó a la Justicia y después de muchos años varios funcionarios fueron procesados por fraude y sancionados con penas reducidas, en una muestra más de las muchas impunidades de la década menemista.
En el abrazo solidario a los familiares del compañero Pinetta, la UTPBA se reitera en su histórica consigna:
“La impunidad no será eterna”.