Se
trata de una lacra politiquera que se distribuye tareas propias de una banda de
delincuentes. Su objetivo es destruir la
UTPBA y a la vez sacar provecho material -negocios inmobiliarios-
montándose en las graves necesidades de
familias carentes de una vivienda digna. Familias abandonadas por el Estado y sus distintos gobiernos de turno,
incluido el actual.