“El Caldero es la alimentación de los dignos.
Nada transforma las cosas tanto como el Caldero.
El Caldero significa la acogida de lo nuevo”.
Del Libro de las Mutaciones
Por Leticia Amato (*).- “Los crisantemos se acabaron. Los pedidos en línea no paran de llegar”, relató la propietaria de una florería a la agencia de noticias Xihua. Miles de ciudadanos chinos de distintas regiones del país se acercaron días pasados a la provincia de Hunan, para ofrecer el último adiós al científico chino Yuan Longpin.
Todos los crisantemos para un hombre querido y recordado por haber cambiado el curso de una historia, cuyo recuerdo permanece marcado a fuego en la memoria colectiva de la, hoy, ¿segunda? mayor economía del mundo: la hambruna que diezmó a gran parte de la población china rural entre los años 1959 y 1961.
El descubrimiento que, a este agrónomo nacido en Pekín, en 1930, le valióla Medalla de la República –máxima condecoración que otorga la República Popular China- fue el desarrollo de la primera variante de arroz híbrido, un tipo particular de grano con mayor rendimiento y aptitudes para su cultivo, y con el que China logró, finalmente, derrotar la escasez de alimento para sus 1.400 millones de habitantes.
En una de sus últimas intervenciones públicas, durante el Foro de Desarrollo del Arroz Híbrido para la Seguridad Alimenticia, celebrado en 2009, Yuan Longpin expresó que el alto precio del alimento en el mundo es inconcebible y que, en ese sentido, el arroz alimenta a más de la mitad de la población del mundo.
Yuan Longpin, pionero en materia de soberanía alimentaria, se dedicó por entero a la búsqueda de un cereal apto para el cultivo masivo en su país, en una época en la que sólo el 6% de la tierra en China era cultivable y revolucionó la agricultura cuando, gracias al arroz híbrido, se logró ascender de 7 a 10 toneladas de arroz por hectárea.
Técnicos agrónomos de Madagascar, Libia e India también honraron su memoria y su trabajo porque fue Yuan Longpin, junto a su equipo, quien brindó los conocimientos necesarios para que grandes poblaciones agrícolas y campesinas de esos países desarrollaran también el cultivo del súper arroz. Actualmente, el arroz híbrido se cultiva y consume en países de todo el mundo, ocupa más de la mitad de los cultivos de arrozales chinos y aporta el 60% de la producción total de arroz del país.
El enigma que Yuan Longpin resolvió a favor
del desarrollo científico, económico y social de China, continúa sin respuesta
para el resto del mundo: cuando las
tierras cultivables se reducen día a día y los dueños de las mismas se
concentran año a año ¿cómo solucionar –dentro del sistema de producción
capitalista- la tan imprescindible como elemental ecuación: que todos los seres
humanos puedan alimentarse?
(*) Periodista. Secretaria de Asuntos
Profesionales de la UTPBA. Miembro de la Secretaría de Juventud y Nuevas
Tecnologías de la FELAP.