Suárez: “… Saludamos que algunas de nuestras organizaciones, como la UTPBA, hayan logrado montar una agencia que comunica ese tipo de noticias que deben trascender la información como tal para convertirse en argumentos y arietes de nuestra lucha. Las consideraciones anteriores constituyen un diagnostico pero también algunas sugerencias enriquecidas con experiencias de algunos casos y países, para dinamizar nuestra actividad. El mundo va a entrar en un nuevo milenio con esta carga de rezagos, pero también con la luminosidad de las mejores convocatorias para eliminarlos. Y una de esas luces junto con lo más positivo de la sociedad debe mantenerse encendida en un periodismo que no prescinda de sus valores y que amplíe sus oportunidades con la herramienta de las nuevas tecnologías…”
Vera: “Desde hace más de un cuarto de siglo se inició en América Latina la respuesta organizada de los periodistas al viejo concepto de ‘Libertad de Prensa’ al fundarse la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). En la convocatoria se hacía mención al primer llamamiento de los colegas en 1951, al señalar que ‘se ha evidenciado así el anhelo que anima a los periodistas latinoamericanos, que consiste en un profundo deseo de superar el aislamiento en el que hemos permanecido durante décadas… “
“La actualización de esa lucha se manifiesta en los vínculos de apoyo de las organizaciones de periodistas y las organizaciones sociales. Ese movimiento se desarrolla hace varios años en varios países latinoamericanos – Argentina, México y Guatemala, entre ellos – que se convierte en la práctica en el reclamos del derecho social del pueblo a estar verazmente informado…”
Díaz Rangel: “… Lo que no se puede aceptar es que la información y las noticias arrojaron resultados manipulados, desvirtuados, deformados y ocultados. Esa línea agresiva, que rompe con todo lo ético del periodismo, negadora de la verdad, se ha mantenido y acentuado. Es una realidad mediática. Nunca antes habíamos visto en nuestros países una situación como la actual, con tanta desigualdad y desproporciones que niega a millones de latinoamericanos el derecho a recibir informaciones y opiniones veraces. No se puede negar la enorme influencia que continúan ejerciendo…”