P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- Hubo que readaptar la vida en todos los planos, reducir contactos a lo mínimo y aprender a manejar tecnologías desconocidas. ¿Quién hablaba de Zoom o de Meet en marzo de 2020? ¿Quiénes hacían transferencias o pagaban sus cuentas a través de una aplicación de celular? En mi caso, los encuentros familiares y con amigos se restringieron o directamente se anularon y di clases virtuales un año y medio. Mi trabajo periodístico se concentró delante de la computadora y las coberturas deportivas se hicieron mirando la televisión.
Hubo que quedarse en casa tratando de mantener vivas las relaciones. Con el tiempo, algunas de las restricciones se han ido flexibilizando y la vida se parece bastante a la de siempre. Se han recuperado las costumbres familiares y se han vuelto a tender las mesas con amigos. Pero sigo evitando aglomeraciones y amuchamientos, la sombra del coronavirus sigue acechando, hay que mantener los cuidados y aprender a convivir con el mal, pero sin dejar de hacer lo que tenemos que hacer.
P-¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- Es una situación penosa no poder disponer de un lugar que nos dio tantos días de descanso y esparcimiento y nos permitió encontrarnos y reencontrarnos con amigos y compañeros. Deben tomarse las acciones más firmes para que las autoridades se hagan cargo y poder volver con nuestras familias a un lugar donde fuimos felices.