P- ¿Cuáles son las dificultades que atravesaste en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- En el momento más álgido de la pandemia las complicaciones fueron varias y muy diversas. Soy cronista de fútbol de Ascenso, y sumé miradas para el costado en este tiempo. Desde la imposibilidad de concurrir a los entrenamientos o la negativa de los clubes para la acreditación en los partidos. Ahora, el tema cambió, por suerte, en gran parte aunque sigue habiendo dificultades.
Por esa razón, la necesidad de una voz como la de la UTPBA que insista, que empuje, que muestre nuestras cartas y duplique las miradas es imperiosa. Es imposible para un periodista deportivo hacer su tarea a la distancia. No hay soluciones mágicas o un plan B más que estar en el lugar de la acción. Si no, el silencio también genera comodidad y las puertas continúan entornadas.
P- ¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- La secuencia de actitudes habla claro por sí sola. También la quietud de los responsables, valga toda paradoja, para disponer urgente un mecanismo de diálogo con el propósito de encontrar una solución. Nada es sencillo, por supuesto, pero el camino de los acuerdos debe tomar forma.