Lo volvemos a decir: “El desalojo deberá hacerse sin reprimir a las y los ocupantes, a quienes se les tendrá que garantizar un lugar para vivir dignamente, porque no son la basura social del sistema, como lo creyeron y lo creen los mafiosos que les prometieron ´una vivienda´ en un lugar que le pertenece a las trabajadoras y trabajadores de prensa”.