Por estos días, el 20 de abril, se cumplen 7 años del fallecimiento del compañero Alberto Morlachetti, dirigente social, fundador del Hogar Pelota de Trapo, del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo y un gran amigo de la UTPBA, con la cual compartió momentos, pareceres y visiones en común, siempre con el ser humano como eje de toda acción e iniciativa social, cultural, económica y política.
Fue un tipo íntegro, noble y digno, con gran corazón y cabeza para la acción política. Con su perseverancia, coherencia y dignidad marcó un camino y una línea de conducta. Alberto fue un tipo imprescindible para los que luchan por un mundo mejor. Y se lo extraña mucho.
También, en el marco del mes de abril, el 29, se cumplen dos años de la muerte del compañero Héctor “Pelusa” Carrica. Un militante por la Justicia Social, ni más, ni menos. Un militante de toda hora, de cada día; un dirigente-militante que jamás renunció a organizar a las trabajadoras y trabajadores, especialmente de la salud y del Estado, para luchar por sus derechos, por un país más justo, por un mundo mejor.
Quienes compartimos con Pelusa la lucha en distintos frentes, durante muchos años, supimos -sabemos- de sus valores, de su entrega, de su carácter de tipo frontal, sin agachadas y de su enorme solidaridad. La UTPBA –que supo de su entrega cada vez que distintos desafíos lo requerían- lo recuerda en su enorme actitud solidaria y en su inagotable compromiso con las causas justas.