Por Ayelén Scharovsky (*).- Se proyecta que para finales del año 2020 el capitalismo y la pandemia de Covid-19 arrojarán casi cien millones de niñas y niños más por debajo de la línea de pobreza: un total de alrededor de setecientos millones en todo el mundo. Otra muestra de lo inhumano del sistema en que vivimos.
En Argentina se estima que para este fin de año cerca del sesenta por ciento de las niñas y niños serán pobres, y de ese porcentaje aproximadamente el dieciocho por ciento vivirá en la pobreza extrema. Asociado a tan brutal realidad global van el hambre, las enfermedades y diversas privaciones: la falta de agua potable, de cloacas, de una vivienda y una vida digna.
Graves problemas estructurales que revelan que la injusticia social en el mundo viene de lejos en la historia y responde a un orden económico, político, social y cultural del que se benefician las minorías: de eso surge y resurge la actual situación de una niñez condenada al sin futuro, de una niñez desnutrida, mutilada en su desarrollo mental y físico, arrojada al analfabetismo -también al de nuevo tipo-, excluida del conocimiento y presa fácil del trabajo infantil, la drogadicción, el abuso sexual.
Así
“viven” las niñas y niños del sin futuro, en un mundo en el que
abundan monstruosos basurales, donde ellas y ellos son parte de un paisaje
desolador.
(*)
Periodista.