21 julio, 2016

El maestro Gorostiza

Carlos Gorostiza fue, como dice su entrañable compañero Roberto “Tito” Cossa, “un hombre íntegro”.

Fue uno de los exponentes más emblemáticos de la resistencia a la dictadura militar, desde lo que conocimos como Teatro Abierto. Fue Secretario de Cultura de la Nación en la primera etapa de gobierno del doctor Raúl Alfonsín.

Prolífico dramaturgo, novelista y cineasta, entre muchas de sus obras se recuerdan El pan de la locura, El acompañamiento, El puente y Los prójimos. El maestro Gorostiza murió a los 96 años tras haber dejado un legado en el que las cuestiones de la vida cotidiana y la profundidad de la existencia humana se conjugaron con una delicada poética en la literatura y en la escena argentina.

Nació un 7 de junio de 1920 en el barrio porteño de Palermo y en su juventud fue poeta, titiritero y actor. Ante su muerte, en el mundo de las letras y el teatro se destaca una coincidencia de quienes tuvieron la satisfacción y el privilegio de conocerlo: el maestro Gorostiza, a decir de Pepe Soriano “nos deja una enorme riqueza artística y humana”.

FELAP solidaria con el periodista Carlos Fazio

A raíz de un artículo, publicado en la Jornada de México, en el que Carlos Fazio periodista y entrañable amigo de FELAP fue amenazado por la señora Dahlia Neumann, vocera de prensa de la Embajada de Israel en el citado país, nuestra entidad continental expresa su solidaridad con el compañero y un absoluto repudio a todo intento de censura y amedrentamiento.

Jorge Legañoa en Data Mundo: “Hoy los misiles son digitales”

El vicepresidente del Instituto de Información y Comunicación Social de Cuba, Jorge Legañoa Alonso, participó del segundo capítulo de Data Mundo, ciclo de entrevistas, reflexiones y análisis producido por DATA.U y la FELAP que se cuestiona ¿Cómo pensar el mundo de hoy?

De Ana Frank a Rasha, lo impensable

Por Laura Taffetani.

Abogada.
El genocidio en Gaza y en el Líbano nos trae imágenes estremecedoras que vemos en línea con pasmosa cotidianeidad. La lógica del capitalismo no duda en convertir en verdaderos infiernos nuestras tierras.