Carlos Gorostiza fue, como dice su entrañable compañero Roberto “Tito” Cossa, “un hombre íntegro”.
Fue uno de los exponentes más emblemáticos de la resistencia a la dictadura militar, desde lo que conocimos como Teatro Abierto. Fue Secretario de Cultura de la Nación en la primera etapa de gobierno del doctor Raúl Alfonsín.
Prolífico dramaturgo, novelista y cineasta, entre muchas de sus obras se recuerdan El pan de la locura, El acompañamiento, El puente y Los prójimos. El maestro Gorostiza murió a los 96 años tras haber dejado un legado en el que las cuestiones de la vida cotidiana y la profundidad de la existencia humana se conjugaron con una delicada poética en la literatura y en la escena argentina.
Nació un 7 de junio de 1920 en el barrio porteño de Palermo y en su juventud fue poeta, titiritero y actor. Ante su muerte, en el mundo de las letras y el teatro se destaca una coincidencia de quienes tuvieron la satisfacción y el privilegio de conocerlo: el maestro Gorostiza, a decir de Pepe Soriano “nos deja una enorme riqueza artística y humana”.