Por estos días preguntarse qué pasa en el mundo está lejos de intentar un inabarcable ejercicio filosófico, informativo para convertirse, en la actividad mediática, en un interrogante apropiado, que de inmediato se encuentra con la preocupación y la incertidumbre como respuesta explícita o implícita.

Es que en Radio El Mundo –a esa parte del mundo nos referimos- el año arrancó sin salarios, siguió con paros de una hora por turno, siguió con otros de tres horas hasta cobrar diciembre en la primera semana de febrero. Pero los sueldos no fueron para todos cuando se cobró enero –fuera de los tiempos previstos por la ley- y el nuevo dueño, Martín Rodriguez Flores, después de incumplir y/o demorar los compromisos adquiridos ante el Ministerio de Trabajo, ahora anunció que los haberes de febrero se abonarán en dos pagos, el último de ellos superada la primera quincena de marzo.

En el medio un paro de 24 horas el último lunes de febrero para obligar a que los nuevos dueños –se hicieron cargo a comienzos de febrero- tomen registro que no pagar salarios y desentenderse primero de lo que señala la ley y luego de sus propias palabras, provoca consecuencias que todos los trabajadores de la radio –operadores, locutores, periodistas, personal técnico y administrativo- decidieron asumir con la implementación de medidas de fuerza.

Es llamativo que quienes resolvieron invertir en la radio, haciéndose cargo de la productora Fiofio, a menos de un mes de asumir anuncien el pago en dos partes de los salarios de febrero, con el insostenible argumento de la “sorpresa” de cómo encontraron la radio, que ya les provocó dificultades económicas y financieras. Se hicieron cargo a comienzos de febrero, vale la pena repetir.

Frente a este panorama, las asambleas realizadas en los últimos 60 días fueron definiendo tiempos para la acción y orden de prioridades en los reclamos: pago de los salarios en término a todos los trabajadores; blanqueo como personal de la empresa de todos los contratados y preservación de todos los puestos de trabajo y las fuentes de trabajo, condiciones que los nuevos empresarios aceptaron ante el Ministerio de Trabajo.

El incumplimiento del primer punto, el salarial, no hizo más que profundizar la preocupación de todo el personal y de sus organizaciones (AATRAC, UTPBA, SAL y SUTEP), extendiendo el estado de alerta que surgiera a comienzos de enero. Además el lanzamiento de una nueva programación, a partir de marzo, llega sin que queden claras algunas funciones y horarios, situación que por el lado de los trabajadores y sus organizaciones reactualiza el planteo por el mantenimiento de todos los puestos de trabajo.

En El Mundo pasó, y pasa, todo esto. Donde la acefalía empresaria de enero dio paso a incumplimientos demasiado prematuros de los nuevos propietarios, que buscan invertir la carga de las responsabilidades pidiendo a los trabajadores un tiempo y una comprensión ausentes en el manejo patronal en aquellas cuestiones definidas como prioritarias por parte de los trabajadores y sus organizaciones.

En radio El Mundo pasa esto: que la lucha sigue.