Por Carlos Morales Valido (*), desde San Salvador.- A la administración del presidente Nayib Bukele podrán acusarla de cualquier cosa, menos de la manera en que ha manejado la vacunación contra el Covid-19: tras gestionar y recibir 30 lotes de vacunas desde febrero pasado, ya El Salvador cuenta con más dosis de las que necesita para lograr la anhelada “inmunidad de rebaño”.

Las cifras de vacunación en El Salvador son líderes a nivel centroamericano, y en los últimos días son administradas casi 100.000 dosis al día. Al cierre de agosto, según datos del Ministerio de Salud, habían sido aplicadas más de seis millones de vacunas, y casi 2,3 millones de personas ya completaron su esquema de vacunación, con dos dosis.

El objetivo meta de las autoridades salvadoreñas es vacunar a 5.5 millones de personas, de las cuales ya 3.5 millones recibieron una dosis inicial. La mencionada “inmunidad de rebaño” dará al país un mayor control sobre los contagios y el avance epidemiológico de la enfermedad.

Para ello, existan más de 160 puntos de vacunación en diferentes unidades de salud de todo el país, amén de un Megacentro construido en lo que fuera el parqueo del principal centro de ferias y convenciones de El Salvador. También hay tres puntos en los que la población puede recibir la inyección sin salir de su vehículo, en una suerte de “drive-thru” profiláctico.

Con una gestión oportuna, el llamado “Pulgarcito de América” ha adquirido vacunas Covishield, AstraZeneca, Pfizer/BioNTech, Moderna, Sinovac y Sinopharm. Dos cargamentos fueron donados y varios llegaron a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, pero la mayoría fueron comprados por el gobierno directamente a las farmacéuticas.

Así, desde que el pasado 17 de febrero fue aplicada la primera vacuna no se ha detenido el ritmo de inmunización. Es más, se ha acelerado. Sin embargo, la confianza de sentirse inmune hace que la población relaje las medidas de bioseguridad, lo cual, aparejado al ingreso de la variante Delta al país, propició un repunte en los contagios y las muertes por la pandemia.

Por ello no se descarta la eventual aplicación de una tercera dosis. El ministro de Salud, Francisco Alabí, aseguró que El Salvador cuenta con los recursos necesarios para hacerlo, si la ciencia lo recomienda. “Antes de poder avanzar a una tercera dosis, lo más importante es que esos grupos vulnerables que todavía no se han vacunado lo hagan”, declaró el funcionario.

La manera en que el Gobierno salvadoreño ha enfrentado la pandemia no ha estado exenta de críticas y señalamientos, ya sea por el uso de militares para garantizar el confinamiento en la fase más dura, o por la falta de transparencia en el manejo de los fondos destinados a esta emergencia sanitaria, pero la campaña de vacunación ha sido, en todo caso, modélica y a todas luces efectiva.


(*) Periodista cubano corresponsal de Prensa Latina en El Salvador.