Por Ana Villarreal (*).- Si como suelen decir, que todos los grandes teatros guardan entre sus paredes las energías de los artistas que los habitaron, Carlos Gardel, Enrico Caruso y Benniamino Gigli, bien podrían estar dándose la mano en algún rincón del Teatro Verdi. Juan Carlos Kehiayán, su actual responsable de dirección, se juega a ensanchar el encuentro con las figuras de Rosita Quiroga, Juan de Dios Filiberto, Francisco Canaro, Aníbal Troilo y el primer diputado socialista de América Latina, don Alfredo Palacios.
Es que el Teatro Verdi de la Boca, desde su inauguración en 1901, no sólo fue escenario de convocatorias artístícas, sino que supo traspasar las fronteras barriales para albergar actos políticos, sociales y culturales de trascendencia nacional. Lo conforman la realización del acto de lanzamiento de la candidatura a diputado de Alfredo Palacios, las asambleas que dieron origen al Partido Comunista Argentino y al nacimiento de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), así como la que decidió construir, a unas pocas cuadras la Bombonera, el estadio de Boca Juniors.
Juan Carlos Kehiayán le resta toda señal de queja a la descripción de la actual situación, frente al aumento de costos y tarifas: “a nosotros no nos van a enseñar a resistir, -dice- sabemos cómo hacerlo para preservar lo que hemos conseguido luchando”.
Su afirmación resiste archivos: su propio recorrido en defensa del Teatro Verdi. El fue el promotor del rescate de la sala, cuando la avalancha conceptual de los años 90 permitió despojar al lugar de casi todos los signos que habían originado su nacimiento. Fue el trabajo de Kehiayán, junto a vecinos y su equipo de colaboradores, que permitió recuperar elementos originales de su arquitectura y la puesta en su valor histórico, nuevamente.
“Pudimos recuperar algunas de las de butacas originales, el piso de pinotea que había sido totalmente levantado, entre los elementos de importancia. Y así -refiere Kehiayán– llegamos al año 2000 y elegimos el 24 de marzo para reabrirlo, porque sostenemos que la inauguración es un homenaje a la vida, por eso decidimos la fecha que recuerda el golpe de Estado del 24 de marzo”.
El perfil social del Verdi debe buscarse en los propios orígenes de la entidad, en 1877 cuando surge la asociación filarmónica “Unión de la Boca”. Hoy la Asociación de Socorros Mutuos José Verdi, en la que Kehiayán es el tesorero, es la responsable de los destinos del teatro, predecesor del Colón en la actividad lírica de la ciudad de Buenos Aires. En la actualidad la Sala del Verdi convoca a distintas actividades sociales y artísticas con precios populares como los encuentros que cada mes realiza Esquina Sur, Orquesta Típica, formación que surgió en el teatro; las jornadas dedicadas al rock, a las fiestas de los años 70 y 80; los cursos de tango y folclore, entre otras.
La tradición oral da cuenta que Sumo con su mítico Luca Prodan periódicamente convocaba en el lugar la fidelidad de sus seguidores, a principio de los años 80. Y mucho antes, otra muchedumbre melómana aguardó, cortando el tránsito de la avenida Almirante Brown al 700, a que Gardel finalizara su función dentro del lugar. La espera se transformó en una fiesta, dicen, cuando “Carlitos” salió a la vereda a cantarle a ese leal público que había quedado afuera de la función.