Por Anahí Más (*).– Paulina es mamá de Javiera, una niña que desde los 8 meses está diagnosticada con epilepsia refractaria. Desde ese entonces y hasta los 5 años fue medicada con una batería de fármacos. Después de años de no saber qué hacer para que su hija esté mejor y que las crisis se calmaran, se topó con la posibilidad de utilizar el Cannabis Medicinal, y en pocos días Javiera había mejorado.
“Estamos agradecidos a la planta porque cambió la vida de toda la familia, no solamente de la niña”, dice Paulina, fundadora de Mamá Cultiva Chile y una de las tantas madres que actualmente luchan organizadas para la legalización de la marihuana y la defensa del autocultivo.
¿Cómo fue el proceso que viviste hasta que tomaste la decisión de darle Aceite de Cannabis a tu nena? ¿Qué beneficios comenzaste a ver en ella?
El proceso que viví es muy corto porque no había nada que hacer con mi hija, ella tenía epilepsia refractaria y en su momento tomaba una dosis muy alta de medicamentos, pero igualmente estaba agresiva, mal y muy ida, estábamos viviendo una vida muy tortuosa. Nos habían ofrecido una operación en el cerebro, cuando vi los efectos colaterales decidimos que no queríamos éso para mi hija.
Fui un día llorando a la peluquería de una amiga porque sentía que ya no tenía fuerzas para seguir, y después otra amiga me mandó un video de una niña que estaba usando el cannabis en EE.UU. la verdad que lo vi y me dije ´sí, esto es para mi hija´. Busqué por internet quién hacía éso en Chile, y encontré un video de Ana María Gazmuri de Fundación Daya, que había dado una entrevista. Inmediatamente me comuniqué con ella a través de internet, tuvimos una charla donde nos entregó mucha información, al otro día salí a comprar al mercado negro. En una semana ya comenzamos a ver los beneficios, bajó su nivel de agresividad y bajaron sus crisis, porque ella más allá de las altas dosis de fármacos seguía teniendo grandes crisis continuamente.
¿Cómo llegaste a la idea de fundar y crear Mamá Cultiva?
La idea de fundar Mamá Cultiva nace hace más de 4 años por la necesidad de muchas madres, inclusive yo, que teníamos hijos e hijas con epilepsia refractaria. Esta lucha por la utilización del cannabis medicinal no se visibilizaba. Desde un inicio contamos con el apoyo de Ana María Gazmuri de Fundación Daya, un espacio que tenía ya su recorrido. Nosotras veníamos trabajando desde hace mucho tiempo con diferentes medios de comunicación, como también entregas de cartas a la presidenta, al Ministerio de Salud, también visitamos diputados, senadores y éramos, igualmente, bastante invisibles. Cuando salió a la luz Mamá Cultiva todo cambió, porque ya éramos mamás la que luchaban por esto y no solo una fundación, esto rompió bastante el esquema de muchos.
¿Cuáles son los principales actores que en la actualidad se oponen a la utilización de la marihuana medicinal?
Los que se oponen son los mismos diputados, las empresas farmacéuticas y los laboratorios que lo único que quieren es imponer sus lógicas de mercado y los altos costos. Nosotras somos madres fuertes que no nos vamos dejar amedrentar y eso ha sido muy valorado por la ciudadanía y por eso tenemos ese gran respaldo.
¿Tuviste que romper prejuicios personales respecto a la marihuana? y, ¿cómo fue la reacción de tu entorno?
No tuve que romper prejuicios, mi marido sí. Yo había tenido contacto con la planta cuando tenía 18 años y la verdad fue una experiencia pésima por eso no fumé nunca más. Mi marido en cambio no fuma, no toma y no había probado nunca en su vida, para él el cannabis era una droga. Claramente prefirió el aceite de cannabis que los 8 fármacos que no le hacían nada y le destruían la vida a mi hija. La reacción de mi entorno fue buena porque recién después de 7 meses de uso se enteraron cuando nos veían más que nada en televisión con nuestro relato. En realidad uno se queda bastante solo cuando tiene un hijo con enfermedades terribles, no tiene mucho apoyo de la familia. Mi entorno más cercano es mi mamá y ella un día vio que le estaba dando cannabis a Javiera y me dijo que ´se alegraba porque estaba mejor´, con eso yo ya estaba lista porque era lo que más me importaba. Nunca me importó mucho el qué dirán porque me abandonaron cuando más los necesitaba y después no hay mucho que hacer.
¿Qué tan lejos estamos para que en los países de Latinoamérica se legalice la venta y el consumo del Cannabis?
Estamos muy lejos de que se legalice, en muchos de los casos lo que hay son vacíos legales que permiten que uno cultive y que no tengamos grandes problemas. Hay leyes más duras que otras, pero de ahí a que se legalice falta mucho tiempo. Las farmacéuticas son las primeras en tratar que esto no suceda, ya que saben que esto es maravilloso que traen muchos beneficios para la salud, inclusive fumarla ayuda. Nosotros no somos muy amigos de fumarlas por la combustión que esto trae, pero sí vaporizar, eso ya es una ventaja frente a otros medicamentos. Acá en Latinoamérica no hay mucho interés en legalizarla.
¿Actualmente en qué países ya se tendieron redes de Mamá Cultiva?
Mamá Cultiva Argentina son unas madres guerreras e incansables que entregan información a cientos de familias. Es un poco lo que hizo en Chile la Fundación Daya con Mamá Cultiva, pero que lo hagan directamente las madres es algo increíble. Mamá Cultiva ahora también está en Brasil, Ecuador, España y Perú. Estamos resonando en varios países. Nosotras tenemos un protocolo: no creemos en la venta de esto hasta que no tengas una estandarización y no sepas qué le estás vendiendo. Pese a la desesperación que tengan las familias no le podemos dar algo que no sabemos lo que tiene. Cada familia cultiva, prepara sus diferentes formatos y si alguien lo necesita urgente se lo donamos con el compromiso que ellos hagan lo mismo con otras familias.
Frente a la negación de los beneficios del Cannabis por parte de la medicina tradicional ¿Cuáles son los pasos a seguir para las familias que quieren comenzar este tratamiento?
La negación que tienen los médicos y la medicina tradicional son por intereses creados, acá vemos que hay cientos de familias que están usando el cannabis y están dejando de usar algunas medicinas, y también las visitas cada dos semanas al neurólogo que te sale una fortuna. Esa es la cuestión. Los pasos a seguir de las familias es cultivar y es la única alternativa que tenemos hasta ahora. No los podemos vender y no podemos caer en el tráfico.
Hasta que no esté estandarizado sólo queda cultivar. Es un engaño a las familias lo que hacen muchas personas, es un gran dolor saber que hay madres que venden cualquier porquería, que a sus hijos les dan productos de excelente calidad y a la otra cualquier cosa. No hay otra alternativa que no sea cultivar y cultivar. Nosotros sabemos que el CBD (El cannabidiol se encuentra en el cannabis, siendo el principal componente de la planta, representando hasta un 40% de sus extractos) no hay lugar en el 100% de los pacientes solo en el 20% y el otro necesita la presencia del THC (tetrahidrocannabinol). Hay toda una variedad por eso lo mejor que se puede hacer es informar a todas las familias y entregarle el apoyo y no venderles cualquier cosa.
¿Nos podrías contar las próximas acciones y actividades que hará Mamá Cultiva?
Nosotras tenemos permanentemente seminarios junto a Fundación Daya, con grandes exponentes desde la mirada medicinal. Vienen personas de renombre y participan familias de todos los países. Es un orgullo ser referente de miles de familias. Es una gran oportunidad para reencontrarnos con algo que habíamos perdido, una dignidad, una esperanza, porque cuando tenés este tipo de problemas una cree que es la única que lo sufre y que no hay más nada que hacer. Con esto nos damos cuenta que hay mucho para hacer y que otros necesitan nuestra experiencia para luchar por el autocultivo. Cada familia necesita diferentes componentes para mejorar la salud de sus hijos, por eso creemos que tienen que existir laboratorios que midan lo que preparamos.
(*) Periodista. Directora de la Revista Furias.
Fuente: http://revistafurias.com