La última función de la obra de teatro “Las Paredes”, interpretada por Julio Pallares, Jorge Lorenzo y Christian Forteza –con Lorena Peñón como asistente de dirección- se pondrá en escena el próximo sábado 3 de septiembre, a las 21:30, en la sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación, avenida Corrientes 1543, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En una charla distendida, los protagonistas comentaron la adaptación de la obra de Griselda Gambaro, reconocida escritora y dramaturga argentina que debió exiliarse a Barcelona, España, durante la última dictadura militar argentina.
-¿Por qué seleccionaron la obra de Griselda Gambaro?
-CF, director y actor: Son tres personajes, un funcionario, un ujier y un joven que se entiende que lo llevan para realizar averiguaciones. Todo el tiempo lo están amenazando y le dan la esperanza que va a salir al otro día. No sabemos si al final sale o no.
Me interesó primero por lo que no dice el texto. Todo el tiempo se sugieren cosas y es una amenaza constante al personaje del joven. Toda esa amenaza y lo latente esta tratado desde lo absurdo, desde el humor. Lo más importante es lo que no se dice.
-¿Qué es lo que no se dice?
-CF: Lo que no se dice está latente, no es que no se entiende, solo que no está puesto en palabras. Hay un juego entre amenazas y poder que se refleja también entre el funcionario y el ujier. También el joven trata de ocultar su miedo para no rebajarse demasiado. Situaciones que no se dicen y tratan de disimularlo.-¿Ser contemporáneos a la dictadura militar en Argentina les hizo repensar el texto, discutir el hilo fino de lo absurdo?
-JL: No tuve vivencia personal, pero sí. Sabiendo cómo se manejaban los interrogatorios en dictadura y en gobiernos autoritarios. En los interrogatorios siempre hay un bueno y un malo. Un juego perverso, uno le palmea la espalda y el otro es el que le pega y lo tortura. Y ese juego lo vemos en Las Paredes muy adornado y como queriendo distraer.
-¿Influyó ese marco histórico en la construcción de los personajes?
-CF: Yo los pensé más por el abuso del poder. Puede tener un anclaje con la dictadura, pero tiene más que ver con qué pasa cuando uno tiene poder y se aprovecha de eso.
-JL: La utilización del miedo como arma paralizante. Instalar el temor en una persona en un punto que ni el mismo se acuerda de cómo se llama. Y es lo que más se evidencia en la obra.
-JP: Si bien la obra tiene un contexto histórico, está hecha en 1966, enmarcada en el inicio de un gobierno dictatorial. Hay un marco histórico. Uno puede tomarlo desde allí. Pero también existen las paredes internas, por ahí es el personaje que se está reprimiendo ante el miedo de los dos personajes. Hay un marco histórico, hay un desarrollo. La autora habla del 50 y de unos muebles. Es inevitable no pensar que en el 52 cae Juan Manuel de Rosas. Existen algunas líneas, pero ojo, también se podría pensar que el señor que está ahí sentado con una puerta abierta atrás nunca decide salir.
-CF: Puede ser la metáfora de los propios miedos o límites de lo que uno no quiera pasar .
-JL: Cuando leí la obra también se me vino la idea de darle muchas lecturas e interpretaciones. Por supuesto que conociendo la ideología de la autora y la cantidad de textos, domina la idea que sea un interrogatorio dictatorial pero a la vez con la suficiente perspicacia. Lo puso como en una época abierta, como en otra época que no sucede en el ahora. El texto es previo a todo lo que se vino, pero se veía venir. Y ella suponiendo que la obra se iba a estrenar ya en dictadura, tenía que distraer. No podía hace runa cosa concreta de vestimenta y personaje porque no la iba a poder realizar.
-JP: Igual hay un rango marcado, un funcionario y un ujier, hay un señor feudal, un esclavo y en el medio el joven. Hay una línea de status.
-¿Cómo describirían a Las Paredes con sus palabras?
-JP: Diría que Las paredes es un sistema de producción. Tiene que ver con un corte histórico en los sistemas de producciones, en esas economías que gestan los poderes.
CF: Para mi reproduce el abuso del poder.
Jorge coincide.
Todas las funciones de la obra se desarrollaron a sala llena. Cabe recordar que los afiliados a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires pueden presenciar la misma con el beneficio de abonar dos entradas al precio de una presentando su carnet sindical.