En México se habían dado varios pasos en acuerdos internacionales y legislaciones para promover medidas para mejorar el cambio climático. Se creó el Instituto Nacional de Ecología y Cambio climático, y junto con él, se generó un fondo para mitigar los efectos del mismo.
Poco a poco se empezaron a impulsar desde dependencias como la Comisión Federal de Electricidad apoyos para sustituir aparatos eléctricos por modelos más eficientes y ahorradores. A través de la Secretaría de Economía se incentivó la creación y desarrollo de empresas de innovación en energías limpias, se promovieron estrategias de movilidad, de legislaciones para promover el reciclaje y la prohibición de plásticos de un solo uso.
Pero en el gobierno actual se han dado pasos hacia atrás. Se invierte en energías no renovables, en combustibles fósiles, por supuesto que ahí están las refinerías. Aclaro que no estoy criticando la rentabilidad financiera, sino el retroceso que supone invertir en este tipo de energías en lugar de las renovables cuando ya se había avanzado en parques de energía solar, energía eólica, la hidráulica entre otras. Se eliminó el Instituto de Ecología y Cambio Climático y existe preocupación internacional de los esfuerzos como país para mitigar los efectos del cambio climático.
Por si fuera poco, este fenómeno global altera los ciclos y provoca que cada vez tengamos fenómenos naturales más fuertes, y menos recursos para responder a ellos. En conclusión, México necesita reevaluar sus políticas públicas respecto al cambio climático, no estamos aislados y cuidar nuestro planeta nos corresponde a todos.