Por Juan Carlos Camaño (*).- ¿Si hay crisis que no se note? Impensable e imposible. El gobierno argentino ha decidido ir al Fondo Monetario Internacional, FMI, y eso por si mismo explica varias cosas.
* La “única salida” sigue siendo endeudarse y pagar intereses leoninos: conocida soga al cuello de los países endeudados. Argentina tiene vasta experiencia en la materia.
* Nunca llegaron las inversiones productivas tantas veces anunciadas y desesperadamente deseadas. Ni las de adentro ni las de afuera. Mejor: la trillada timba financiera.
* En el primer trimestre de 2016 no se hizo la luz, tampoco en el segundo, ni en el tercer trimestre y así sucesivamente hasta nuestros días.
* Si hay algo que superó todas las expectativas fue el interminable y asfixiante aumento de tarifas, como una muestra de que del único lugar de donde saldría la plata habría de ser del bolsillo de las clases medias y bajas. De manual.
* Subió la inflación y el tope del 15% de aumento salarial -techo fijado por el gobierno, y sin cláusula gatillo-, es insostenible por quienes se animen a argumentar en su favor e inaceptable para los trabajadores.
* El FMI, como ayer, ahora con Christine Lagarde al frente, cumple su tarea al píe de la letra: aplicar el fenomenal ajuste dictado por el capitalismo rapaz y voraz a escala global, poner contra el paredón a las grandes mayorías sociales y después…
Una histórica consigna recorre el mundo: “Socialismo o barbarie”.
* Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.