Hablar de Mario, por supuesto es hablar de un hombre, un hijo, un padre, un esposo, un amigo, un hermano y un compañero. Pero también, o sobre todo, hablar de Mario es hablar de la alegría, del compromiso y de la militancia. Hablar de Mario es hablar de política, no de politiquería, de poner la cabeza y el cuerpo a trabajar a favor de las ideas, día tras día, todos los días.
Pero al hablar de Mario también es imposible soslayar la injusticia y la impunidad. Porque nos lo arrebataron al atardecer del jueves 11 de noviembre de 1993. El lunes 15 fue encontrado en las aguas del Riachuelo. Veinticuatro años después todos seguimos reclamando por verdad y justicia, mientras realizamos el indispensable ejercicio de la memoria.
Por supuesto que no hablamos de Mario apenas cada noviembre, nunca ha sido reducido a una fecha. También es el reconocimiento con un premio que lleva su nombre a decenas y decenas de compañeros y compañeras como él, dignos e incansables en la lucha por un mundo más justo para las grandes mayorías. Por eso seguimos hablando de Mario, y no nos cansaremos jamás.
¡Compañero Mario Bonino, presente!