La última figura surgida del Silicon Valley, director ejecutivo y creador de la interfaz ChatGPT, Sam Altman, sostuvo que regular la inteligencia artificial (IA) es “crucial” para limitar los riesgos en el uso de esta tecnología. Instó al Congreso de los Estados Unidos a imponer nuevas reglas a las grandes empresas de tecnología.
Altman dijo, sin ponerse colorado, “creemos que la intervención regulatoria de los gobiernos será crucial para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes”, y que “es fundamental que la IA más potente se desarrolle con valores democráticos, lo que significa que el liderazgo de Estados Unidos es determinante”.
La velocidad con que las nuevas IA pueden remplazarnos es mayor a nuestra capacidad de adaptación y están desarrollando facultades sobre campos exclusivos (hasta ahora) de los seres humanos. Se crea un problema que no existía. Se cobra por eso y se solicita ayuda para controlarlo.
Un SOS lanzado al destinatario responsable de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, y de los miles de crímenes de guerra, intervenciones militares, golpes de Estados y ahogos económicos a través de sanciones impuestas, generando muertes, hambre, destrucción y falta de acceso a los servicios básicos para millones de personas en el mundo. Nuevamente se le pide al lobo que cuide a las ovejas.