Con sus lúcidos 97 años cumplidos en la pandémica ciudad de Montevideo, la escritora Ida Vitale es la única sobreviviente de la Generación del 45.
Cuando le han peguntado sobre las razones de su espíritu de vida indicó, en varias oportunidades, que siempre ha usado “el humor como defensa y salvoconducto”.
Cultivó una estrecha amistad con Juan Ramón Jiménez en su exilio en México y recuerda a menudo la relación que mantuvo con María Elena Walsh.
En este último caso, ha contado que ella admiraba a la poetisa argentina. Que inició la relación cuando la abordó al reconocerla en la rambla montevideana. Desde entonces, ha referido, mantuvieron una amistosa relación, que perduró hasta la muerte de la autora de “Manuelita”.
Exponente de la poesía esencialista, Ida Vitale obtuvo el Premio Cervantes en 2018, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2015, el Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo, en 2009, entre otros galardones nacionales y de carácter internacional.