Por Ana Villarreal (*).- La Novena Sinfonía, compuesta por Beethoven en su mundo de sordera, es uno de los regalos más bellos eternizado para los oídos de la humanidad.
La trágica miopía cultural que impera en estos días da lugar a coros histéricos, a voces e irracionalidades que convocan a la inteligencia a lidiar en las profundidades de los fosos del medioevo.
Mientras somos testigos de la oscuridad de los acontecimientos, la manipulación del deseo, tal vez sea una de las armas más letales que se suma al riesgo de propagación del propio virus.
Así, somos convocados a cruzar peligrosas fronteras hacia más muerte, más violencia y mayor irracionalidad y oscurantismo, desde encolerizados exponentes del individualismo.
En simultáneo con la intoxicación de riesgos, conviven millones de seres humanos a los que se les arrebata el derecho a la voz del sufrimiento de sus propias historias. El desamparo y el dolor de muchos frente a la riqueza e indiferencia de pocos, sellan con el anonimato dichas historias que no pueden expresarse en voz alta. La conjunción de tragedias e ironías, sin embargo, ha puesto a lo largo de la historia, en un renglón singular, la práctica del poder aglutinante entre el arte y la voluntad humana.
Cuentan que uno de los más grandes artistas del flamenco, Camarón, desde la conciencia de su analfabetismo, intentó descifrar el significado de los poemas de Federico García Lorca, a quien cantó como nadie.
Esos testigos refieren la angustia por su limitación en momentos de grabar en un estudio los versos “…nadie puede abrir semillas en el corazón del tiempo…”, de la obra de Lorca, La leyenda del tiempo.
En otros escenarios flamencos, la bailaora Pepa la calzona, prácticamente ciega, subió hasta el final de sus días a desplegar su compás y su gracia por el espacio que sus ojos ya no podían ver.
Hoy,
mientras la desdicha y la incertidumbre se entronizan en un mismo y estridente
espasmo planetario, seguramente, millones de historias de seres humanos
continuarán escribiéndose, en voz baja, a la lumbre de la voluntad por la
reivindicación de la vida.
(*) Periodista. Miembro de Conducción de
UTPBA.