Por Ana Villarreal (*).- El vizconde Medardo de Terralba, en la creación del escritor Italo Calvino, le pregunta a su escudero, Curzio, qué había sido de los cuervos y de los buitres. En ese campo de batalla, plasmado en la obra “Las dos mitades del vizconde”, el soldado le contesta, “de tanto comer muertos apestados, la peste acabó con ellos”.
En un escenario donde las aplicaciones sucesivas de medidas económicas, conllevan el riesgo de provocar víctimas y actos desesperados, se asiste a variadas proyecciones, humanamente extrañas y morales. Así, los más altos responsables políticos del país, acuñan representaciones simbólicas de la realidad, que expresan un peligroso cóctel de cinismo y grosería.
Mientras se inundan medios, de todo tipo, con supuestas alteraciones de la omertá entre empresarios y políticos, la verdadera grieta continúa arrojando a la pobreza a millones de niños y adolescentes. Ellos, junto a sus familias, son víctimas de procesos excluyentes, de desigualdad y violencia, generados por las decisiones gubernamentales de ajustes.
En Argentina, más de 8 millones de niños son pobres y más de la mitad de los menores de 17 años, tienen alguno de sus derechos vulnerados, entre los que se encuentran situaciones vinculadas a la alimentación, salud, vivienda, socialización y acceso a nuevas tecnologías.
De acuerdo a cifras publicadas por el observatorio de la Universidad Católica Argentina, el 30 por ciento de los niños argentinos vive en hogares donde no es posible cubrir las necesidades básicas y el 34 por ciento, antes de junio de este año, se alimentaba en comedores escolares o en centros de organizaciones barriales.
En la ficción relatada por Italo Calvino, el estrafalario vizconde Medardo de Terralba es partido al medio en el campo de batalla. Desde entonces, con absoluta autonomía de la otra, una de sus dos mitades la emprende contra toda muestra posible de vida para destruirla. La otra parte del personaje es la encarnación del bien. Ambas partes lograrán encontrarse, por fin, en la unidad del vizconde, que en el tránsito de nuestros días, parece ser sólo el propósito de la fábula y del genio creativo del escritor italiano.
(*) Periodista. Miembro de conducción de la UTPBA