Junto con las lesiones provocadas en accidentes de tránsito y las enfermedades respiratorias bajas, el suicidio es uno de los principales causales de muerte entre los jóvenes de entre diez y diecinueve años de edad.
Muchos de los problemas que afectan a la salud mental suelen aparecer al final de la infancia o al principio de la adolescencia, y -según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS)- la depresión es uno de los factores más incidentes en la morbilidad de los jóvenes.
La OMS asegura que el consumo elevado de bebidas alcohólicas, tabaco y sustancias ilícitas; el embarazo a temprana edad, el abandono escolar y las conductas delictivas, son dificultades sanitarias y sociales que van de la mano de trastornos mentales, los cuales afectan la salud general y el desarrollo del adolescente.
Los últimos datos, relevados por la OMS, ponen en relieve una problemática que afecta a millones de chicos en el mundo: durante el 2015, los suicidios y fallecimientos por autolesiones fueron la tercera causa de muerte de los adolescentes, y se estima que las víctimas resultaron 67 mil.
Expertos en el tema coinciden en que un desarrollo sano durante la infancia y la adolescencia ayuda a prevenir dificultades de salud mental, tales como trastornos de conducta, ansiedad, depresión y desordenes alimenticios, entre otros factores de riesgo.
Para ello, sugieren incentivar una mejora en las habilidades sociales del chico, fomentar la superación de problemas, y estimular la auto confianza, con el fin de prevenir complicaciones de salud que pueden condicionar gravemente la vida de los jóvenes durante su adultez.