Por Leticia Amato (*).– Marcelo Katz nos recibió sin su nariz de clown y mientras habla pone en práctica el oficio, establece ese contacto primordial con el otro y nos cuenta que hizo teatro, danza, música y malabares hasta que fundó, con Gerardo Hochman, la primera compañía de nuevo circo La Trup.
Ya dedicado de lleno al clown, mostró sus dotes de actor y director en innumerables obras como Guillermo Tell, Allegro ma non troppo, Tempo y Los fabulosos Singer.
Este año sube a escena su última creación, Eskoff, el unipersonal que lo tiene como único intérprete y da vida a una variedad de personajes, manipula objetos, realiza destrezas, baila y canta. Su coequiper en esta pieza, Martín Joab, tiene la tarea de dirigirlo.
Es el director de Espacio Aguirre, teatro y escuela de clown, bufón y máscaras en la que se han formado más de 3000 alumnos argentinos y extranjeros. Además es docente de clown en el programa de Formación del Teatro General San Martín y dicta regularmente clases en Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, España, Francia, Italia y diversas ciudades de la Argentina.
-¿Es lo mismo Payaso que Clown?
-Para mí son dos universos cercanos pero distintos. El payaso tiene que ver con el trabajo donde el punto uno es la risa, y tiene que ver con el trabajo de arquetipos del ridículo universal, el tropezón, la caída. En cambio el clown, el punto uno es hacer contacto con el público, la risa es una gran parte de la torta, pero antes que nada está el contacto y el vínculo, establecer un puente, que puede ir hacia la risa, el humor, la emoción; por otro lado así como el payaso trabaja con arquetipos del ridículo universal y por eso sabemos que las rutinas se han pasado de generación en generación, los clowns trabajan con materiales muy personales, que tienen que ver con sus sueños, sus obsesiones, sus dolores, tienen que ver con su mundo interno, entonces son materiales muy difíciles de trasladar uno a otro, por eso no hay dos clown iguales. También está la diferencia en el maquillaje y el vestuario, que las del payaso, como en general trabaja en pistas de circo, son más estruendoso, más coloridos, el maquillaje más cargado, el personaje del clown es más teatral.
-Decís que el punto uno es hacer contacto con el público, ¿Cuáles son otros que debe tener un clown?
-El contacto va en tres direcciones: una con el público, una con tus compañeros de escena, si es que los hay, y otra con vos mismo, que es un trabajo de poder escucharte y registrar qué te pasa para profundizar y desarrollar un material, porque si no me escucho no me entero y sigo de largo y no me meto con materiales que podrían haber sido buenos o me instalo en cosas que no me están divirtiendo. Por eso es muy importante escucharse en una época donde no estamos muy acostumbrados a hacerlo. El contacto con el público es dificilísimo, es una de las cosas más complicadas, poder recibir lo que el público te devuelve con su risa, con su distancia o su mirada.
-¿La típica nariz roja siempre está presente?
-No siempre, de lo que se trata es que la nariz esté adentro, que vos puedas apretar un botón y estés en estado lúdico, espontáneo, jugar con lo que sentís, jugar con lo que te pasa y después la nariz es una decisión estética. Nosotros hay espectáculos en que la usamos y en otros no. La nariz sí o la nariz no, depende para que montaje. En la Escuela donde formamos desde principiantes hasta profesionales, usamos nariz como método pedagógico, somos amigos de la nariz, nos gusta, si llega en un buen momento te permite salir más fácilmente de tu personalidad cotidiana con la que estás toda la semana y al momento de ponértela podes dispararte hacia otro lado y ser vos mismo pero de otra manera.
-¿Cualquiera puede ser clown?
-Sí, cualquiera. Hay facilidades, como para los deportes, la música, los idiomas, hay gente que va más rápido que otra, pero cualquiera puede ser clown. Cuando se enseña bien es un viaje al interior, así como el trapecista salta de un trapecio a otro y no tiene red y es un salto con riesgo de vida, el clown no tiene riesgo de vida, pero cuando se tira y se lanza en una función es porque ve que salió algo nuevo.
-¿Sentís que se modificaron las formas de contactarse con los espectadores?
-Hay cambios, pero cuando es desde el alma el contacto funciona más allá de que haya rayos laser. Lo que estoy dirigiendo es un espectáculo que se llama Mirá, que tiene que ver con ser mirado o no ser mirado, con el exhibicionismo, con el encuadre, con el foco, estoy trabajando con pantallas, con animación. Me divierte probar, pero si no hay esencia no funciona.
-¿Notas un auge del clown en materia de consumo?
-Sí, los que hace mucho venimos martillando en esto, hemos ayudado a que se difunda, o porque enseñamos o porque montamos espectáculos que al público les interesa y se fue armando un circuito de espectadores que entienden que el clown no es una cosa infantil.
-Contanos de Vértigo, el espectáculo que dirigís actualmente.
–Vértigo son siete clowns y dos músicos, la dirijo en vivo, no hay nada armado, no tenemos idea qué vamos a hacer en cada función, es cien por ciento improvisación y se ve mucho el trabajo del clown. Les propuse al grupo hacer cuatro funciones para probar y vamos por la función ochenta y cinco. Este entrenamiento, este camino de sacar la cabeza, de escuchar la esencia de lo que te pasa y no de lo que crees que te tiene que pasar, sacar el juicio, soltar y largar lo que te pasa y jugar con eso, es una revolución interna.
-¿Qué opinas de los payasos y clowns de hospital?
-Para mí esta buenísimo, es gente que se ofrece, que da, hay que tener ganas de ir a ver chicos enfermos. El payaso o clown de hospital es una especialización, seis o siete años es lo que te lleva para ser clown y después haces dos meses de un buen entrenamiento para especializarte en hospital. Lo que pasa en esto es que hay organizaciones, con las que no estoy de acuerdo, en que sin ningún estudio previo en sólo dos meses te forman y te sacan al hospital.
-¿Qué son las funciones solidarias?
-El proyecto es llevar la risa, el contacto, a aquellos que no tienen el acceso a estas actividades, las funciones son en comedores, villas y escuelas. Lo dirige una de las profesoras de la escuela, Lourdes Herrera, armamos un espectáculo con un guión que nos donó Martín Joab, lo retocamos y lo montamos con alumnos de nuestra escuela.
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(*) Periodista. Integrante de la Secretaría de Juventud y Nuevas Tecnologías de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).