11 noviembre, 2020

Mario Bonino y la construcción

El 15 de noviembre de 1993 apareció Mario Bonino, militante de la UTPBA, muerto en el Riachuelo. Lo habían asesinado. Sin tomarse ni un minuto de duelo, la UTPBA, junto a su familia y amigos, comenzó a exigir justicia.

Eran momentos en donde reinaba la impunidad del poder que ostentaba el gobierno de Carlos Menem amparado en el Consenso de Washington e impuesto a la sociedad con el beneplácito de dirigentes políticos y sindicales que ya se habían arrodillado ante el “fin de la historia”.

Casi en soledad, la UTPBA -con Mario como uno de los responsables de la Secretaría de Prensa y Comunicación- y algunas pocas organizaciones más se opusieron desde el comienzo a un nuevo pero repetido capítulo que tuvo -y tiene- esta vieja película llamada capitalismo, neoliberalismo.

La UTPBA, su familia y miles de compañeras y compañeros de la organización rescatan y recuerdan a Mario más allá de una fecha en el calendario. Hablar de Mario es hablar de la UTPBA.

Y hablar de la UTPBA, como decía el propio Mario, es hablar de “coraje y compromiso”.

FELAP solidaria con el periodista Carlos Fazio

A raíz de un artículo, publicado en la Jornada de México, en el que Carlos Fazio periodista y entrañable amigo de FELAP fue amenazado por la señora Dahlia Neumann, vocera de prensa de la Embajada de Israel en el citado país, nuestra entidad continental expresa su solidaridad con el compañero y un absoluto repudio a todo intento de censura y amedrentamiento.

Jorge Legañoa en Data Mundo: “Hoy los misiles son digitales”

El vicepresidente del Instituto de Información y Comunicación Social de Cuba, Jorge Legañoa Alonso, participó del segundo capítulo de Data Mundo, ciclo de entrevistas, reflexiones y análisis producido por DATA.U y la FELAP que se cuestiona ¿Cómo pensar el mundo de hoy?

De Ana Frank a Rasha, lo impensable

Por Laura Taffetani.

Abogada.
El genocidio en Gaza y en el Líbano nos trae imágenes estremecedoras que vemos en línea con pasmosa cotidianeidad. La lógica del capitalismo no duda en convertir en verdaderos infiernos nuestras tierras.