Por Ana Villarreal (*).- Alicia Moreau de Justo fue la pionera en la lucha por la instauración del voto femenino en Argentina. Es suya la autoría del primer proyecto legislativo para el sufragio femenino, presentado en el parlamento por el diputado socialista Mario Bravo, en 1928. La propuesta no pudo ser debatida en ese órgano, como consecuencia del golpe militar de 1930.
Y, a raíz de la oposición de esos sectores conservadores, su iniciativa fue plasmada recién en 1947, con el impulso de Eva Duarte de Perón.
Moreau de Justo, feminista y socialista, se destacó por su lucha transgresora en contra de las condiciones de opresión de las mujeres.
Fue una de las dos primeras médicas recibidas en el país, lo que le valió para fundar un espacio de atención de salud gratuita para mujeres de escasos recursos. De esa manera, la medicina, el feminismo y la política se constituyeron en el campo de su accionar militante.
Era plenamente consciente que las reivindicaciones femeninas merecían ser organizadas en ámbitos políticos. Así fue que en 1902 fundó, junto a las hermanas Chartkoff el Centro Socialista Femenino. Pero sería a partir de 1921, con su creación del Movimiento Feminista que inicia un camino inseparable con las luchas del Partido Socialista. “Recuerden las mujeres que dispersas las fuerzas se debilitan -alentó a la organización- y que para conseguir el bien común, es necesario sacudir la apatía y elevarse por encima del bienestar del momento presente”.
La huelga de las escobas, que en 1907 iniciaron cientos de mujeres en las calles de Buenos Aires, Rosario, La Plata y Bahía Blanca, la tuvo a Alicia Moreau de Justo como una de las políticas que apoyaron la lucha. En esa oportunidad, cientos de familias se rebelaron contra las condiciones de vivienda cada vez más precarias y contra los abusos de los arrendatarios de inquilinatos y pensiones, negándose al pago de los alquileres.
También incursionó en la actividad periodística como redactora de muchísimos artículos y como directora del periódico La Vanguardia, desde 1960.
Estuvo a la altura intelectual de los debates vanguardistas de la época. Compartió espacios de reflexión y discusión sobre política y educación en la Revista Socialista Internacional, medio en el que se destacaban también con sus artículos Rosa de Luxemburgo y Clara Zetkin.
Su lucidez y su tesón la hicieron protagonista en el accionar político hasta poco antes de morir, a los 100 años, el 12 de mayo de 1986.
(*) Periodista y escritora. Miembro de Conducción de la UTPBA y delegada a la Federación Latinoamericana de Periodistas –FELAP-.