Por Norma Núñez Montoto (*), desde la Ciudad de Panamá.- La Corona “Alegría y Tradición 2020”, en aquel viernes 21 de febrero pasado, Panamá transpiraba “Alegría y Tradición 2020”. Todo estaba listo. El contento nacional se desbordaba por las comisuras de los labios del pueblo. Serían cinco días de Carnaval.
Con su corona impuesta, la soberana de la capital sentenció: “mi reinado estará dedicado al pueblo, porque la gente es quien hace el carnaval. Estoy contenta de representar como reina la fiesta del panameño y en estos cinco días les brindaremos una experiencia inolvidable”.
De corona a Coronavirus
A dos metros de tiempo y espacio, hacia atrás, entre el 14 y 15 de febrero de 2020, dos amigos se daban la mano. El júbilo se apagó, y el sentido y santo juicio de las palabras se pusieron en sintonía. ¡Vino enfermo! Ya no había dudas: El nuevo coronavirus tomó la delantera, había llegado a Panamá antes que el carnaval.
Pronto las palabras carnestolendas, regocijo, alegría, júbilo, gozo, fueron trastocadas y un casi inédito vocablo desplazó al tan esperado embelesamiento de la carne. El arrebato pateó la puerta de nuestra casa, nos trozó el aire, nos obligó a respirar cortito.
Las voces del tormento se alzaron en un concierto triste, acorralado. Y desde ese limbo sin fondo que es el miedo, miedo a morir, Panamá elevó su grito de guerra y dijo ¡No! ¡El coronavirus no pasará! ¡Equipo Panamá!
El día del superbowl “Equipo Panamá”
Panamá confirma el primer caso de COVID-19. El Ministerio de Salud pasaría de la fase de contención a mitigación bajo estrictos protocolos de seguridad en el país. En primera fila, los responsables de la convocatoria, el Gobierno Nacional.
El encuentro con todo el equipo tuvo lugar el 9 de marzo, cuando surgió el primer Parte de Guerra, el Comunicado N°1.
La Doctora Lourdes Moreno, jefa nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud, asumió como suyo el reto: “Éste es el día del SuperBowl -dijo sin titubear- y éste es el mensaje, que como equipo, es la única manera que podremos salir adelante”.
“Equipo Panamá nace a partir del primer momento en que nos reunimos como centro de operaciones de emergencia nacional” dijo.
De esa manera, cuatro millones de panameños, cada uno desde su base estratégica, científica, doméstica, solidaria, comunitaria, viene remando hacia la orilla para ganarle la guerra a un enemigo protervo, invisible, intangible, perverso, burlón, malo, en fin, La Sombra, cuyo rostro sin rastro procuramos someter, vencer, exterminar, matar.
24 horas pandémicas en la vida de un pueblo.
Manuel Antonio Núñez Duarte, es el Juez de Paz del Corregimiento Arnulfo Arias Madrid, Distrito de San Miguelito, Panamá.
La justicia comunitaria de paz en Panamá es ejercida por el Juez de Paz, autoridad encargada de prevenir y sancionar conductas que atenten contra la paz y la convivencia pacífica dentro del corregimiento donde la ley, la norma y la constitución, le permiten.
El Distrito de San Miguelito está conformado por nueve corregimientos, uno de estos es el Corregimiento Arnulfo Arias Madrid, con más de 36,105 habitantes.
Son las diez de la mañana. El ambiente no es el mismo de las antiguas Corregidurías, las causas de conflicto tampoco lo son. Aunque sí, la desigualdad sigue marcando pautas, expresándose en los desalojos habitacionales, los antiguos lanzamientos que dieron lugar a aquel Movimiento Inquilinario en el Panamá de 1925, cuando los gringos atropellaron con su caballería al pueblo, a solicitud de aquel Presidente de la República panameño, en el popular barrio de Santa Ana, mientras protestaba por el alza indiscriminada de los alquileres.
El municipio de San Miguelito, en estrecha colaboración con las autoridades y con los jueces de paz, están preocupados por los altos índices de contagios por COVID-19, lo que ha producido una simbiosis entre los entes regentes, como el Ministerio de Salud, así como los representantes del distrito.
Esta alianza transcendental asume responsabilidades y desarrolla, además de sus tareas correspondientes como Jueces de Paz, las acciones urgentes y pertinentes de la pandemia, como hacer llegar alimentos, medicamentos y utensilios, a aquellos lugares donde se ha propagado el virus, con el fin de que los contagiados no salgan de sus residencias y así poder evitar más contagios. Esto es, el principio de la trazabilidad.
Los nueve jueces diurnos y los tres nocturnos, informa Manuel, abogado de profesión y con 43 años de edad, reconocemos la importancia de ser enérgicos al momento de aplicar las sanciones por el incumplimiento del decreto que establece el toque de queda en todo el territorio nacional.
No es fácil, asegura, velar por las aplicaciones de estas sanciones por el incumplimiento de lo ya establecido por las autoridades sanitarias según los horarios permitidos, toda vez que parte de la población hace caso omiso a estas normas sanitarias ya anunciadas por el gobierno, desde el inicio de la pandemia.
El día transcurre en el Juzgado de Paz, entre las amonestaciones verbales, los consejos del Juez a los que violan las reglas, confiado en que la sociedad comprenderá que nadie está a salvo del contagio del virus COVID-19 y que, quedándose en casa, evitaremos la propagación de la enfermedad.
San Miguelito, sus
corregimientos, están compuestos por cerros, colinas, callejones y veredas. No
es fácil para las autoridades aplicar cercos sanitarios, un recurso para
garantizar, por ejemplo, los resultados que se esperan de un proceso intenso de
trazabilidad.
El Corregimiento Belisario Porras, que tiene 49,367 habitantes y que por su
alta densidad de población, es uno de los corregimientos donde existe más alto
índice de contagios en el distrito, es objeto de mucha preocupación,
concentrando grandes esfuerzos de todas las autoridades para hacerle frente con
mucha responsabilidad y seriedad, para evitar los contagios. Aquí vivimos,
luchamos, vencemos y también morimos, se lamenta el Juez. Colgado a una vieja
pared, por el camino, un letrero denuncia la protesta al confinamiento.
“Hagamos el amor, antes que nos lo prohíban”.
Aquel día, no se pareció a ninguno en la casa de
justicia comunitaria de paz. Manuel, el Juez de Paz, recorre triste la
estancia. Circulando entre papeles, demandas, libertades y arreglos de paz,
sigue la fuerte presencia del Capitán Francis Sánchez, quien era miembro de la
policía nacional.
Fue su compañero de trabajo y, a consecuencia del COVID 19, falleció. Tenía 46
años de edad.
La vida sigue. Se han acrecentado las denuncias que comprenden los cánones de arrendamientos. Hay que pagar la casa antes de morir. ¿O NO? Los jueces de paz no están facultados para atender estos temas, pero dan un paso al frente para buscar y encontrar puntos de entendimiento, llegar a acuerdos, están las denuncias por deudas de no pago de energía eléctrica, los otros procesos por violencia doméstica, alteración de la convivencia pacífica.
Junto al Alcalde, los Representantes, han dotado de todas las medidas sanitarias al distrito y la Casa de Justicia Comunitaria de Paz, y las oficinas municipales, de utensilios de limpieza como mascarillas, guantes, gel alcoholado, alcohol, termómetros. Este autorizado equipo de trabajo conforma un singular frente de lucha contra la pandemia. En el camino, vivimos, luchamos, vencemos y también morimos.
Pronto serán las seis de la tarde. Manuelito se nota cansado y taciturno. Hoy han atendido quejas sobre el dolor de la gente, escuchado sus historias, aprendido de memoria el pánico, la esperanza, la desesperanza. Sin embargo, la gente se ha ido convencida que juntos podemos dar una milla más, apostando por la vida. Panamá merece una vida en paz, hasta mañana muchachos. Que Patria es Humanidad.
La OPS-OMS en Panamá
El Dr. Gerardo Alfaro Cantón, Representante de la OPS/OMS en Panamá, nos comparte que, apenas a dos semanas de iniciado el año 2020, sabiendo que no había tiempo que perder, el Ministerio de Salud instaló el Centro de Operaciones de Emergencias en Salud – CODES conformado por diversas entidades entre ellas la OPS/OMS.
Panamá, en su condición de Hub de las Américas, donde a diario ingresan y transitan miles de personas de diferentes países, supo reconocer tempranamente la nueva amenaza y su especial vulnerabilidad ante la llegada de este nuevo virus.
Dada la situación, desde la OPS y en estrecha coordinación con las autoridades de salud panameñas, se procedió a redireccionar recursos de la cooperación técnica priorizando acciones de preparación y respuesta de lo que sería un inminente nuevo “evento de salud pública de relevancia internacional”.
Los miembros del CODES se reunían para evaluar la actualización de la situación a nivel mundial, planificar las acciones, tomar decisiones frente a los distintos escenarios y sobre todo unificar esfuerzos, permitiendo un trabajo coordinado y la definición e implementación temprana del Plan Estratégico y Operativo Nacional ante la Amenaza por el brote del COVID-19.
Se elaboró e implementó el plan para la gestión de la comunicación de riesgo, y fueron elaborados los primeros protocolos y guías técnicas en preparación y respuesta ante el nuevo coronavirus.
El Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES), con una reconocida trayectoria en la vigilancia de virus respiratorios, se anticipó a la llegada del coronavirus a Panamá y, con apoyo de la OPS, se capacitó a sus especialistas de laboratorio en la prueba RT-PCR en Brasil y México, y dispuso tempranamente de las pruebas diagnósticas para el SARS-CoV-2 -reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa reversa (RT-PCR)- para ser realizadas a los casos sospechosos que ingresaran a Panamá inicialmente, a través de sus Puntos de Entrada Internacionales, y se incluyó en el panel diagnóstico respiratorio de la Vigilancia Centinela que involucra a diferentes centros de salud y hospitales del país; es decir, realizándose muestras aleatorias y a todos los pacientes ingresados en Unidad de Cuidados Intensivos -UCI con Infecciones Respiratorias Agudas Graves-IRAG (Instituciones de salud del MINSA, CSS y privadas).
Desde temprano se enfocó el apoyo al fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, actualizar y activar los protocolos para controles sanitarios en los puntos de entrada al país.
Se preparó tempranamente al I. C. Gorgas para hacer pruebas para este nuevo virus. Fueron desarrolladas una serie de capacitaciones rápidas para readecuar los servicios de salud del MINSA y de la CSS, incluyendo metodologías de gestión y reconversión de camas, entrenamiento y dotación de equipamiento (consultorios modulares, EPP) para implementar triage respiratorio en el primer nivel, modelos de cálculo y gestión de insumos incluyendo equipos de protección personal.
El desarrollo de aspectos de bioseguridad, gestión integral de la atención, atención domiciliaria, identificación y preparación de los servicios de salud desde las regiones de salud, equipos de respuesta rápida, fortalecimiento de las capacidades nacionales de rectoría y gobernanza, planes, protocolos y guías, entre otros elementos, también se adelantaron para la atención de casos sospechosos y corroborados de COVID-19, del cual se confirmó su presencia en Panamá el 9 de marzo.
Más de mes y medio de preparación anticipada, hizo posible que se tomaran inmediatamente decisiones fundamentales, como la suspensión de las clases en las escuelas oficiales y particulares, estrictas medidas de cierre de puntos de entrada, la ley de teletrabajo, ley seca, cuarentena total, restricciones de la movilidad, entre otros.
Estas tempranas decisiones tomadas en los niveles más altos del gobierno en conjunto con las autoridades nacionales y con asesoría técnica de la Representación de la OPS/OMS en Panamá, lograron evitar el colapso del sistema de salud, permitiendo a las autoridades sanitarias ganar tiempo para ampliar la capacidad instalada en el país, con la dotación de camas, insumos, equipos esenciales y recurso humano para la atención de pacientes en sala y en cuidados intensivos.
Información confiable, integral y oportuna
Desde la identificación del primer caso, el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (MINSA), integra diariamente la información del Instituto Conmemorativo Gorgas para Estudios de la Salud (ICGES), los hospitales públicos y privados a nivel nacional, la Caja de Seguro Social (CSS) y los laboratorios privados autorizados para la realización de PCR-RT, y produce un resumen de las cifras más relevantes de la situación de epidemia en el país.
Además, se implementa una estrategia desarrollada por la Representación de OPS/OMS en Panamá con el Campus Virtual de Salud Pública de la OPS, mediante un tablero de datos e informes ejecutivos sobre la situación de los servicios hospitalarios con atención al COVID-19 en Panamá, cuyo funcionamiento demandó el involucramiento y la coordinación efectiva intrainstitucional e intrasectorial de las instituciones del sistema de salud (MINSA, CSS y hospitales privados).
El Módulo de Información sobre la situación Hospitalaria para COVID-19 ha sido completamente transferido al MINSA y a la CSS, que lo han incorporado al sistema de información nacional.
La OPS/OMS trabaja con asesores y personal del Ministerio de Salud en la producción de análisis estadísticos y modeladores matemáticos para estimar los indicadores clave para el seguimiento, análisis y pronóstico de las tendencias epidemiológicas del COVID-19 tales como la tasa de duplicación de casos confirmados, el Rt, la letalidad, mortalidad e incidencia de casos.
Esto ha sido fundamental para la toma de decisiones de las autoridades nacionales y locales y se publican semanalmente en el reporte de situación (SitRep) de la pandemia, junto con otros datos relevantes sobre la respuesta de las distintas autoridades para la protección de poblaciones prioritarias y vulnerables y destacando las principales acciones en el contexto de la cooperación técnica de la OPS/OMS y el trabajo interagencial.
Para el Dr. Alfaro Cantón, la pandemia ha puesto en evidencia fortalezas y debilidades de los sistemas de salud en los países y en consecuencia, la necesidad de reaccionar impulsando una nueva agenda de trabajo que permita, por una parte, proteger las bondades identificadas, por la otra, cerrar brechas y modernizar el sistema de salud y su modelo de atención.
Al analizar las estadísticas de fallecimientos se constata que el Covid 19 es más agresivo y causa más muertes entre personas mayores de 60 años con comorbilidades, sean estas cardiopatías, diabetes, obesidad, entre otras.
De ahí la necesidad de fortalecer y garantizar el acceso a servicios de atención integral para que todos los enfermos crónicos estén en control y no les falte sus respectivos tratamientos. Es el momento ideal para reactivar iniciativas de políticas públicas dirigidas al etiquetado frontal nutricional y otras estrategias dirigidas a garantizar la salud y la seguridad alimentaria, que han quedado “en pausa” debido a la pandemia.
Este reto debe incluir como tema central la transformación delos sistemas de salud, avanzando a garantizar el acceso y la cobertura universal, fortalecer la función rectora de la Autoridad Sanitaria Nacional y garantizar el buen desempeño de las Funciones Esenciales de la Salud Pública.
Ello entraña la convocatoria a la acción intersectorial que permita articular respuestas socialmente organizadas para desarrollar todas las actividades destinadas al abordaje de los problemas vinculados con la salud, el bienestar y la calidad de vida.
De nuevo esta pandemia nos da la oportunidad de conocer nuestras capacidades y también identificar los desafíos para poder avanzar en la instrumentalización del trabajo interministerial e intersectorial, con mayor involucramiento y participación de la ciudadanía, institucionalizando estrategias que faciliten la transparencia y la rendición de cuentas.
Hacia un primer aniversario de la pandemia
En la antesala de cumplirse el primer año de la pandemia, Panamá reporta 319.453 casos acumulados, 5.244 defunciones, 23,495 recuperados. El pasado 20 de enero, Panamá recibió 12,840 dosis de la vacuna anticovid de Pfizer.
Originalmente, el compromiso de la Pfizer era de 40 mil ofrecidas inicialmente. Panamá espera recibir 3 millones del antídoto del Laboratorio Pfizer-BioNtech de manera escalonada, tras un contrato por 36 millones de dólares. El plan de vacunación comprende cuatro fases, a partir de grupos poblacionales priorizados, como los adultos mayores de 60 años, además de los trabajadores del sector salud.
La pandemia a la baja
Los casos de contagios por la COVID-19 están proyectando una tendencia a la baja, lo que a su vez refleja una disminución gradual en la estadística de contagios, tal como lo confirma el Director de la Región Metropolitana de Salud, Dr. Israel Cedeño, quien ha anunciado una flexibilización en las medidas de restricción de movilidad en la ciudad capital.
Impacto en las desigualdades y grandes inequidades
En Panamá existen enormes
brechas sociales acumuladas, y la COVID 19 ha venido a poner en evidencia las
vulnerabilidades asociadas a la pobreza,
junto con las dificultades de responder integralmente, garantizando acciones de
salud que permitan interrumpir el contagio, acompañadas de subsidios y otras
medidas de protección social.
Es necesario reposicionar en la conciencia de la gente el sentido de la solidaridad humana. La pandemia pone al desnudo todo tipo de falacias y mitos prevalecientes: la falsedad de que el libre mercado puede proveer de un seguro de salud a todos, la mentira de que el mundo se ha liberado del racismo y, muy especialmente, el mito de que estamos todos en el mismo bote. “Aunque todos flotemos en el mismo mar”.
(*) Vicepresidenta de FELAP por Panamá.