Una evaluación inicial llevada a cabo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el posible impacto que tendrá en la economía mundial la pandemia del COVID-19 estima que “entre 5,3 y 24,7 millones de personas perderán su empleo”.
Los ingresos de los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo se verán reducidos, y las pérdidas “oscilarán entre los 860.000 y los 3,4 billones de dólares, lo que llevará a muchas personas a la pobreza”, según el trabajo de la OIT.
“La presión sobre los ingresos resultante de la disminución de la actividad económica tendrá un efecto devastador para los trabajadores que se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza”, destacó la organización.
Asimismo, la cantidad de trabajadores y trabajadoras que podrían sumarse a una situación de “pobreza laboral” podría llegar a ser de treinta y cinco millones.