7 julio, 2017

Punto cruz. Bordado y feminismo

Por Anahí Más (*).- Durante años el bordado fue un trabajo exclusivo y obligatorio para muchas mujeres, se enseñaban en las escuelas y era la actividad que se realizaban mientras que los varones salían a trabajar o a compartir momentos de diversión con otros varones. Las mujeres reunidas bordaban, dejaban en cada punto una resistencia.

Actualmente dentro del arte textil se recuperó esta técnica junto con la intención de que el bordado sea un espacio de libertad, de introspección, de autoconocimiento y sororidad.

Florencia Rodríguez y Florencia Lafuente crearon un Club de Trueque, un espacio itinerante de intercambios de conocimientos, de elementos para el bordado y feminismo que realizó su tercera edición el pasado 9 de julio en Tierra Violeta.

Por legado familiar o por decisión artística el bordado es una herramienta de lucha, de encuentros y de expresión. Del feminismo al bordado o del bordado al feminismo no importa cómo se llega, lo importante es expandir el placer de crear y compartir colectivamente.

¿Cómo y cuándo se acercan al bordado?

– Florencia Rodríguez: En realidad me acerqué al bordado desde el dibujo. Hice un taller de bordado y encontré un espacio que genera la idea de compartir y de hablar con otras mujeres. Una práctica muy linda sea en compañía o en soledad, es un momento de introspección y disfrutar del tiempo con vos misma. También cuando una hace una  tarea manual con otras personas se generan charlas y transmitís a la tela cosas que están dentro tuyo y no sabías.

Florencia Lafuente: Empecé a bordar desde chiquita porque mi mamá me enseñó y era una práctica familiar de generación en generación. Eran materiales conocidos y accesibles para mí. Yo tomé el bordado desde otro lugar, no haciendo carpetitas. Se genera en el bordado un espacio, que en general es solo de mujeres, se maneja con otros tiempos, que no son los ritmos productivos comerciales, eso hace que te puedas relacionar de otra manera. A medida que fui creciendo comencé a interesarme por el feminismo y conociendo a grandes artistas que vienen del ámbito textil que está directamente relacionado con ello.

 ¿Cuándo notaron que el bordar podría ser un acto feminista?

-FR: El bordado siempre fue relegado a las mujeres en la casa y fue menospreciado, pero en realidad para mí es como cualquier otra herramienta artística. Está buenísimo darle el valor que tiene como expresión artística. El proceso que lleva el bordado es lo que le da significado. Nosotras quisimos tomar esa idea de la mujer en su casa bordando, haciendo una práctica manual sensible y resignificar esa fuerza para romper y buscar otras identidades dentro de eso.

-FL: En el mundo en el que vivimos actualmente, elegir a sentarte a bordar ya es un acto subversivo. Las personas no entienden por qué hacemos esto, incluso las personas que vienen del palo de las artes no entienden el tiempo que una le dedica a cada trabajo. La disposición del tiempo es el acto de militancia. En su momento, el tejido y el bordado fueron herramientas de opresión, las mujeres tenían que quedarse en la casa a cuidar a los hijos, esos futuros obreros; en ese momento solo se hacían muestrarios de puntos, igualmente vos ves ahí una resistencia, un hecho artístico.

¿Cómo surgió la idea de la creación del Fanzine y de los trueques?

-FR: Nos conocimos y nos gustaron nuestros trabajos, ahí surgió la idea de hacer algo juntas. Las dos teníamos ideas parecidas: queríamos hacer un Fanzine con contenido político, juntamos el bordado y el feminismo.

-FL: La idea de hacer el trueque surgió igual, queríamos conectarnos con personas que le interese lo mismo que a nosotras y de generar un espacio que esté fuera del intercambio de dinero. Todo fluyó de manera muy natural, se generaron cosas muy copadas.

-FR: está muy bueno hacer el ejercicio del consentimiento, cuando hay plata no importa nada, sin embargo en el trueque hay que conciliar, tiene que haber un acuerdo. El medio es la palabra no el billete.  

¿Pueden elegir un bordado especial? ¿y cómo se trabaja el desapego?

-FR: No tengo uno especial, me siento acompañada por todos mis bordados, disfruto de mi tiempo de soledad, de ese momento de introspección. Hay que aceptar que eso no va a estar siempre con vos, y también que cada bordado lleva en él los momentos en que fue realizado, qué momentos yo estaba transitando, todo lo que deja una ahí en ese objeto.

-FL: Mi mamá me regaló uno de los primeros bordados que hizo, yo le bordé por encima “aquí no es”, una frase que tenía mi abuelo en la puerta de su casa. Es un legado familiar muy presente y era como continuar con eso, pero con mi propio cartel de “aquí no es”. Una trabaja mucho el desapego, es difícil trabajar sobre algo que lo más probable no quede con vos.

¿Hicieron intervenciones urbanas?

-FR: Yo lo hago con mis parches, son como grafitis en la ropa. Me gusta jugar con lo más aniñada en mis dibujos y agregarle frases potentes. El bordado atrás tiene mucha fuerza.

-FL: Venía haciendo una técnica de coser pedacitos de tela, así no se tiran a la basura. Dejé en la estación de tren de Banfield uno de esos retazos de tela con el bordado de palabras por ejemplo: Justicia. Combinaba lo tierno de las texturas con palabras fuertes, deje eso ahí porque todos pasan muy manija y te chocas con eso muy naif que rompe con la lógica del lugar. Mi intención es tratar de generar empatía con ese otro.

¿Qué artistas tienen como referente?

-FL: Siempre tengo presente una obra de Louise Bourgeois, ella todo el tiempo habla de la familia y sus traumas, tiene una obra que es un delantal donde le bordó: “me hicieron pedir disculpas por haber nacido mujer”, visualmente no es la gran cosa pero es muy sencilla con un mensaje muy claro. También últimamente sigo a una artista que se llama, Annette Messager que es francesa, ella trabaja más con la fotografía llevándolo a lo textil. En argentina a Viviana Debicki que hace bordado en papel, realiza cosas muy copadas con intervenciones en fotos familiares.

 

-Fuente: www.revistafurias.com

(*) Periodista. Integrante de la Secretaría de Juventud y Nuevas Tecnologías de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).

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