Por Juan Carlos Camaño(*).- Mientras esperamos respuestas referidas a las consecuencias de lo ocurrido el pasado 3 de abril, cuando miles y miles de jubiladas y jubilados salieron de sus casas a cobrar sus haberes sin ninguna protección sanitaria acorde con la cuarentena, aún hoy vigente, la escena -en dimensión acotada y no menos grave- se repitió el 10 de abril en la llamada Villa 1-11-14.
Miles de personas, en el citado lugar, salieron a las calles a hacer diversas compras y, sin quererlo, le abrieron las puertas al Coronavirus, sin que ninguna autoridad política adoptara medidas preventivas para evitar lo evitable, ni operativo alguno que detuviera el desmadre.
Esperamos respuestas sobre las consecuencias derivadas de lo ocurrido el 3 y el 10 de abril.
(*) Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.