Por Jean Pierre Holder (*).- La redes sociales, que un día empezaron siendo una simple pagina que ese amigo, sobrino, nieto, colega, que sabía de informática entraba, ponía fotos, dejaba mensajes y demás, son las que hoy nos comunican, nos informan, nos desinforman, nos marcan tendencias, nos venden cosas aunque no lo sepamos. En fin, las que cada vez se meten más en el día a día de de nuestras vidas.
¿Pero estos monstruos de qué viven? Dado que todos las usamos, jamás pagamos un centavo por ello, simplemente están, y cada día pareciera que andan mejor. Quizás entonces alguien toma un suplemento económico y ve que estas empresas valen miles de millones de dólares. Entonces, ¿para qué sirven? ¿Porque valen más que las reservas de varios países juntos? ¿En qué momento generan el dinero?
Si bien varias utilizan publicidades, promociones y afines, las redes sociales en sí, sean de contenido o microblogging (Twitter) son ni más ni menos que quizás las bases de datos más grandes, variadas, heterogéneas y completas de toda la era informática. ¿Por eso entonces será que Facebook compró a Whatsapp? ¿Es la base de datos de móviles más grande del mundo?
Pues bien, ¿entonces estas bases datos para que sirven? ¡Los datos son míos! Puede decir una persona que tiene una foto con un gato llamado Pelusa en su avatar en Facebook. ¿Qué pueden hacer con la foto de “Pelu”?
Y es entonces cuando empiezan (luego de años de recolección ininterrumpida y creciente de millones de datos diarios) a aparecer noticias tales como: Robaron 32 millones de cuentas de Twitter. Robaron las claves de varios sitios sociales, números de tarjetas de crédito, las claves del dueño de Facebook , para mostrarnos que además de humano… está en la misma senda que nosotros. Es así que debemos dejar ese pensamiento naif, hacer a un lado lo visto en las pelis de Hollywood acerca de hackers y piratería informática, para simplemente darnos cuenta, que nuestros datos, como en el súper o en el banco son vendidos para múltiples motivos. Y son robados, porque no sería legal venderlos, pero sin embargo, se suele hablar de ingeniería social con la cual se obtienen las claves, o sea formas externas de convencer a la gente que entregue su clave (por ejemplo un correo electrónico que pide que pongamos nuestros datos). De esta forma las redes sociales seguirían siendo vistas como seguras, evitando demandas, manteniendo su valor de mercado, etc., mientras nosotros en el día a día seguimos proveyendo con datos de los más variados a estas bases para luego ser explotadas o vendidas al mejor postor para su posterior análisis o reventa.
Habitualmente se dice que “nadie te regala nada en esta vida”. Aplicado a las redes sociales suena cuanto menos irónico, ya que vivimos regalando nuestros datos para ser capitalizados por terceros.
Siempre vale recordar que somos nosotros quienes elegimos ser parte, de forma parcial o total de las redes sociales, las cuales finalmente, terminan siendo otro gran negocio multinacional destinado pura y exclusivamente a lucrar. Nosotros somos por tanto, quienes determinamos nuestra rentabilidad social.
(*) Ingeniero en sistemas